PABLO QUERALT






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Escribo esta escena entre el sueño y el alba como una sábana en la oscuridad
acepta esta sensación la luna que se distiende sobre
el mar nos bañamos acarreamos su agua
lo que ves no es lo que es


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Las cosas que se van las cosas que quedan con uno
como lejanos campos abriendo cielos desprendiendo sus pedazos 
haciendo su otro mundo emergiendo desde sus cuerpos atrapados en una misma soledad
como esas señas en el camino que te dicen este sos vos este no sos vos
y es ese juego del miedo o del dolor la calma o su tormento
la cachetada que da el sentido.



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¿Sabemos lo que queremos? Aquí en la habitación que adoramos estar cuando entra el colorado del atardecer o el amarillo del medio día
en toda esa luz nos bañamos pasando del living a la cocina tenemos las palabras los libros este lenguaje que nos hace felices invisibilizados en lo que hace nacer soñar tanto en esa luz imaginación del sueño invencible como nuestra necesidad nuestro deseo todas esas pequeñas extrañas vidas
que aquí vemos en nuestras vidas aprisionadas. 


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Desdibujados en un rumor del agua aguados amados en un blanco
encontramos la ilación la luz de ahora el clic la claridad de la calle
sus dibujos como banderas contra el viento rompiendo las líneas negras
en todos los tonos posibles de ese aire nuevo que nos reinventa

vengo de otra madrugada otra hilacha que me hace de nuevo este paraíso
esta casa algo que me deja ver la transparencia

una fiesta en silencio adonde fuimos a parar.


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Los días de la semana se pusieron naranjas  verdes lilas amarillos en un polvillo de flores jugando con el viento al fondo del sonido del tren sincopados en esa rima ya sin pensamientos acumulándonos en esa luz de reloj que camina que vive para construir nuestra molicie en vez
de organizarnos un mundo.


Sobre el autor:


Pablo Queralt (1955) es un médico y poeta de Buenos Aires, Argentina. Obtuvo el título de Médico por la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, así como, también en la UBA, el título de Traumatólogo y el de Especialista en Medicina del Deporte. Posteriormente, el de Homeópata en dos postgrados: en la Escuela Homeopática Argentina “Tomás Pablo Paschero” y en el Instituto de Altos Estudios Homeopáticos “James Tyler Kent”. Fue becario en el Hospital de Traumatología y Ortopedia de la Universidad de Padova, por la Embajada de Italia en Argentina. Participó en festivales de poesía y ciclos de lectura en su país y presentó poemarios suyos en Uruguay y España. Es curador de poesía del Ciclo de Poesía en la Biblioteca de San Isidro, fue colaborador del suplemento cultural del diario El pregón de Jujuy y Diario punto uno de Salta y dicto una clínica y taller de poesía en la Biblioteca de San isidro. Fue traducido al catalán y al italiano. Tres de sus libros se editaron en España y Francia. Es el traductor de “Ensemble encore”, último libro de Yves Bonnefoy. Además de difundirse sus poemas en plataformas de la Red y en revistas en soporte papel (“El Jabalí”, “Ñ”, “Los Rollos del Mal Muerto”, “La Nación”, “Prisma”), fue incluido en tres antologías: “Antología de Jóvenes Poetas de Buenos Aires” (Editorial Hombre Nuevo, 1986), “7 Poetas de Salta y Buenos Aires” (Editorial Eloísa Cartonera, 2013) y “Brazuka” (Ediciones Niña Bonita, Zaragoza, España, 2014). Publicó entre 2001 y 2017 los siguientes poemarios: “Cansancio de lo escrito”“La flecha de Agustín”“Un seductor mañana”“Primer paso”“Reescritos infinitos”“Pueblo de agua”“Pájaros en palabras”“Crack”“Escribí mi nombre”“Poema de la nieve”“89 golpes y un whisky”“El padre”“Late”“Pavarotti”“Jazz”“Perfume animal”“Cocineros”“Coca”“Laleblan”“La piscina”“Aves del Paraíso”, “ Ser y ser visto”“Raros sentidos” y “Nací en el cine”.

PAMELA RAHN






El sol brilla

Recuerdo a tus amigos 

Construías con viejas tablas 
de roble  
junto a ellos
un sueño  
de esos duraderos  
que no se dañan con la humedad

Fueron días felices.

Yo detrás tuyo
mi cuerpo se perforaba por las astillas
que dejaba la madera
lastimados mis senos y costillas 

Fue la sangre la que hizo preguntas 

Me quité cada astilla en silencio  
para no agobiar el momento de tu alarido 

Fuiste el sol   
entre tus rayos me escondí 
para calentarme 

Fue cálido ser sombra  
hasta que ya no lo fue 

¿Fuiste un muro o una casa? 

Nuestro goce fue una esquina endeble de ternura
jugamos al futuro
para reposar del tiempo

Ahora no siento nada.

La página 
pura y
blanca
ante mis ojos  


Nuestro viaje fue largo, amor.


Es tan cruel, ahora

este 

vacío. 



Como los osos

Vivir es columpiarse en la balanza del ojo
Las cosas demasiado comunes 
no valen el poema
El dolor es un fantasma o un globo de helio
Querer escribir hace daño
El lenguaje es un virus dice Burroughs 
Debemos transformar el poema en viaje 
No se comparte el viaje 
Se deforma el amor
A veces como los osos  
Debemos extrañar el frío. 



Los hombres rojos 

Elio toca el acordeón
para evadir el miedo  

Las cosas que quiero decirte siguen allí  
desafiando a través de momentos 
y abrazos 
todo lo alucinado   
que se asfixia entre nosotros

Observaba el cielo desnudo 
y las estrellas de La Pastora 
acostumbradas a ser espejos de la sangre

Aun no puedo decírtelo
porque todavía existe 
lo amarillo 
nuestros labios 6 a.m. consumidos a caladas 
en una canción de Simón Díaz 

Sabemos de las lagunas   
y de la vida  
que nos separan
observándonos aburridos 
ante los dioses  
buenos y malos 
y la escalinata del tiempo

Somos una tonada apenas febril 
Un acordeón moribundo
que corre a ojos cerrados 
escapando de las canciones de cuna  
y de las lágrimas

Pero los hombres rojos como arañas vienen por mí

Y canto todas las tardes 
ante el recuerdo 
de lo que vuela  
que es siempre  
                                     él

Sé que treparán por las paredes de tu casa   
y te dispararan si observan tus movimientos   

Llegarán por ti
los hombres rojos 
entusiasmados ante cualquier sonido
o cualquier duda  
que opaque el sonido de la noche 

El acordeón pequeño  
insiste en ser útil  
anestesiado   
por los plegamientos 
y las ceremonias  
construidas  
con cariño a través del dolor 
y la alegría 


Sonando todavía  
infantil en nuestros oídos
con sublimes notas  


de auxilio.



El lenguaje   

Entonces me incliné sobre el lenguaje 
y lo enfrenté con el hueso 
Aparecido ante mí
como un musculo atrofiado 

Un silencio  encargado
                    de convertir navajas en pañuelos 
para secarme el rostro  
                                ya humedecido  
                                de delirio. 

Era ingenua                   no sabía que la lentitud  
era el idioma en el que realmente  se puede observar  
la luz
e n t r e l a s c o s a s

Y me apuré
anestesiada   por la música
sin saber
que mis manos
serían pisadas
como tornillos
por la valentía  

de todo


lo enfermo.  



El salar de Uyuni  

Todos los días son sueños, nuestra ternura se va quebrando en la oscuridad. Los te amo radicales, como acróbatas contenidos, en caída libre. La misma sed a b s o l u t a sin poder tomar una gota de agua. Vigilia desenfrenada en vasos quietos. En mi imaginación, aparecen otros amantes. Ninguno de ellos se parece a ti (casi siempre lloro). Algunos días hablamos de encontrarnos en el Salar de Uyuni. Cada vez siento más miedo de mi reflejo. En cambio tú deseas mirar de frente para saber que lugares limpiar. (Sin embargo nos descubrimos). La locura se dibuja en las hojas que rozaron tus dedos. Confundo la muerte con tu camisa de flores y los cuervos me rodean con la certeza de algo que va muriendo. Un perro sin pelo y 7 gatos siameses. La promesa de un nido, libros  libros libros (una gran cama) sagrada sagradamente el mundo en la cicatriz de tu mano derecha. Te escondes (espero encontrarte) te olvido. Siempre una puerta me lleva al Salar.  La gran llanura de espejos. Multitudes paradas improvisan su brillo. Todos tiemblan ante el cristal, hechos sombra uno – contra - otro. Acostado casi soberbiamente sobre tu reflejo, me miras. Te has visto tanto que has roto el hielo templado. Comienzas a reír y llenas de sangre nuestro silencio




Sobre la autora:


Pamela Rahn Sánchez. (Caracas, Venezuela, 1994).Autora del poemario El peligro de encender la luz (Todos tus crímenes quedaran impunes en conjunto con Hanan Harawi, 2016) y del plaquette Flores muertas en jarrones sin agua (Difusión Alterna Ediciones, 2017). Sus poemas han sido publicados endiversas revistas online, entre las que se destacan: Cráneo de Pangea,POESIA,Jampster, Oculta Lit, El Nacional, Digopalabra.txt, Letralía,Canibalismos, entre otras. Forma parte de las antologías: Anónimos 2.3 (2015,España) y Amanecimos sobre la palabra (Venezuela, 2016). Ha participado en: FILUC (Valencia, Venezuela, 2016), FIRAL (Rancagua Chile, 2016), Presentación de la colección poética <<El árbol migratorio>> (Santiago, Chile, 2016)y el Festival Kaníbal Urbano (Quito, Ecuador, 2017). En 2018 fue ganadora del primer lugar en el concurso PHYSIS con su poema “Una casa que respira”.


Colaboración: Sara Montaño Escobar




ROXANA LANDÍVAR




Carta guardada

Madre, lo que he elegido para no volver a ese lugar
te espantaría
te espantaría mi noche sin rumbo
te espantaría lo fácil que se me da quebrarlo todo

muchas veces he soñado que me confieso
esa biblia incrustada en la infancia me hizo pedazos
me pienso arrodillada en tu lecho de muerte
diciéndote cómo no he vivido la vida 
ni un poco como querías 

Madre, si vieras la intensidad 
con la que merodeo por estas calles
tu angustia se tornaría aún más insoportable

¿qué hice mal? dirás 
¿qué hicimos mal?

Y mi padre se levantará 
a alguna hora siniestra de la madrugada
para revisar los ruidos de la culpa

madre, no he vivido la vida como querías 
me sedujeron las manchas más terribles
madre, no he vivido la vida como querías 
y creo que lo volvería a hacer

I

Me quedé sin trabajo
sin país
sin comida

Se fue incluso el perro-poeta
lo extraño ahora
aunque no lo quería

Se fueron todos
nadie avisó 
están todas mis casas vacías 

Quedó nada más un espejo
donde ella me mira
                            me mira           
                               me mira 



II

Encontré una vieja libreta de listas
vengo escribiéndolas hace algún tiempo

Listas interminables
el supermercado
los textos pendientes
esta lista en particular me hizo llorar
tendría que recordar más seguido
dejar de usar tanta autodefensa

Fueron algunas las cosas que necesité
una mochila para cargar los libros
ropa interior que no estuviese raída
un shampoo sin olor a detergente

Taché cada elemento con alivio y tristeza
como para enviar un mensaje en el tiempo
para decirme que mejora
todo mejora
al menos un poco
Tendría que recordar más seguido
para que las penas no aparezcan de golpe


III

Mejor te conocía en otro momento
o siendo otra 

Llegaste tarde
ya estoy rota

No busco más refugios
ni brazos que me tomen 

estoy sola 
estoy sola
estoy bien 


Muerte a la musa 

Quería ser el fantasma 
entre los poetas llorones
quería mi nombre apareciendo
en las noches de embriaguez
y coleccionar cada poema 
en mi guarida de lágrimas
pero las musas son tan solo instrumentos 
me rehúso a ser la madre de los poetas
a acariciarles la vida cada vez que sufren
el amor es hermoso porque muere
y no hay que quedarse siempre 
aunque haya sido promesa 




Roxana Landívar (Guayaquil, Ecuador, 1997). Estudiante de Letras en la Universidad de Buenos Aires. Ha escrito dos poemarios inéditos: Desechos/Deshechos y Fractura primaria, los relatos Demolición, Diario de Rosa, Graciela y Cementerio. Participó en los Ciclos de lecturas “La Hoguera” y “MAPPA”. Sus textos están incluidos en la II edición de la revista digital “Cráneo de Pangea”. 



Colaboración: Sara Montaño Escobar









JAZMÍN CANO

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MARÍA LEUBRO




 
Martha Rosler



1.

Quiero una fiesta de matrimonio
-para mí-
en un salón de fiestas
de presupuesto ajustado.
Quiero un vestido pomposo
con la cintura apretada
y con falda amplia.
Quiero hacerme las uñas
quiero mandarme a maquillar.
Quiero un menú grasoso
y wiski barato.
quiero pajecitos
o cómo sea que se llamen
revoloteando alrededor.
Quiero una orquesta bailable
que toque canciones viejas.
Quiero un pastel de tres pisos
con flores de crema
rosa
turquesa
y blancas
dulces
dulces
dulces
a más no poder.
Quiero unos centros de mesa primorosos
con astromelias, rosas y esas flores pequeñitas
las de los arreglos florales;
quiero que se los lleven a hurtadillas
las viejas tacañas.
Tomarme fotos
Mesa por mesa
Con los invitados.
Quiero lanzar el ramo de novia
-lejos-
Quiero emborracharme,
vomitarle los zapatos al cura
-Por equivocación-
quiero arrepentirme
llegar a mi cama sencilla y de una almohada
llevarme un vaso de agua a la cama
pensando
en el carácter pasajero
de los pequeños horrores
de las pequeñas alegrías.


2.

Cada ocho días, aproximadamente
recorto mis uñas, de una manera
Incorrecta, Por no decir mediocre.
Sin embargo,
mis uñas siguen creciendo.
Cada cierto tiempo,
cuando algo importante sucede
o cuando lo recuerdo
hago que alguien me corte el cabello
y, aunque menos voluminoso
aún sigue creciendo.
Cada vez que algo lastima mi carne
el tejido es reemplazado por otro
aunque ahora
con menos suficiencia y calidad.
Cada vez que la apatía
Se apodera de mi cuerpo un domingo
brotan pensamientos
y viajan hacia otros lugares.
Cuando mis tristezas crecen
se transforman en otras cosas,
en cosas inesperadas.
Lo quiera o no
mis células se siguen multiplicando.
Eso me dice, que de momento
y de forma inevitable
Yo soy imparable.



3.

Ofrezco mis servicios de compañía.
Le acompaño al supermercado,
puedo ser útil revisando fechas de vencimiento,
ayudando a escoger los víveres,
o haciendo comentarios sobre el costo de la canasta familiar.
Le acompaño a la sala de espera del odontólogo
puedo sentarme justo al lado en silencio,
solo para evitar que alguien más lo haga
y de lata con alguna conversación incomoda.
Le acompaño a la fila del banco,
puedo llevar libros preciosos para leerle mientras tanto,
pasito.
Le acompaño a funerales,
porque es muy aburridor ir solo a funerales.
Le acompaño a su propio funeral,
si no tiene quien más le acompañe.
-También puedo musicalizarlo -
me parece una buena forma de abandonar este mundo;
además,
es muy aburridor ir solo a su propio funeral.
Le acompaño al pasado, al presente y al futuro
Sobre todo, al futuro,
Ese sí que me causa curiosidad


4.

¿Cómo preparar la tierra para construir una casa?
¿Cómo preparar la tierra para un huerto?
¿Cómo preparar la tierra para una siembra?
¿Cómo preparar la tierra para plantar césped?
Pero en ningún lugar dice,
¿Cómo preparar la tierra para un muerto?
Tal vez, deba buscar algo más amplio,
Algo como:
- Delicadas y permanentes labores de jardinería –

5.

Tengo una idea en remojo
desde el domingo anterior.
Ha pasado una semana
y sigue en remojo,
partes de la idea
se desprenden
se debilitan
se deshacen.
En otras zonas las esporas hacen lo suyo,
se multiplican, se acumulan, aumentan, crecen.
Alguien me dijo que tengo que sacar la idea
o puedo echarla a perder;
he decidido no hacerlo.
Es una idea preciosa
sobre el paso del tiempo.

 6.

A primera hora en la mañana,
me miro en el espejo,
mentalmente
me repito que:
Hoy – voy – a – ser – la – mejor – versión – de – mí – misma
Mientras tanto,
advierto en el reflejo,
La peor versión de mí misma,
La versión más mediocre de mí misma,
La versión más vergonzosa de mí misma,
Me miran pacientes
Con ternura,
Me recuerdan
Que todas estamos
En el mismo cuarto.



MARÍA NATALIA ÁVILA LEUBRO. (Colombia, 1979). Graduada en Artes Plásticas de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano. Le interesan las posibilidades que ofrecen la ficción, la imaginación y los hechos cotidianos para crear diálogos entre seres animados e inanimados, con la intervención del humor, la tragedia y la música entre otros.
Ha participado en exposiciones colectivas como El 16 Salón regional de artistas zona centro (2018); El proyecto curatorial «Todo lo tengo, todo me falta» realizado por Carolina Ponce de León para la sección Arte cámara de ARTBO (2018); Habitar, ser y sentir, las fronteras, Sala ARTBO  (2017); El 44 Salón Nacional de Artistas, con el proyecto seleccionado: publicación “Vine, vi y me vendí, como parte del componente editorial (2016);Terra Tenebrosa, Sin Espacio (Cali, 2016); Sal Vigua, Cámara de Comercio de Bogotá (2015); El salón de la justicia, FGAA y Cámara de Comercio de Bogotá (2015);y Muñecos de loza, Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá – MAC (2014); también ha  participado en diversas publicaciones, entre ellas "Pequeña biblioteca - Arte colombiano del siglo XXI" (2016), Vine, vi y me vendí (2016), ANTI-OQUIA (2012) y Sobre el fracaso (2010).  Y ha realizado exposiciones individuales como “Todos los días se perrea con la muerte”, gracias a Beca de creación artística IDARTES en El Parche Artist Residency (2016); y Las divas también lloramos – Cambalache Sentimental, Intervención en las “Vitrinas Cundinamarca” y activación de “La Esquina” en el Museo de Antioquia (2019).

Colaboración: Luisa Villa Meriño

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