ARELY JIMÉNEZ

Oneiros y yo (Kam Redlawsk)




Este dolor de cabeza se abre como un río, 
es un río donde cae un monzón 
y un hombre saca con las manos 
las estrellas recortadas por la lluvia.
En este río cabe todo mi cuerpo
y todas mis entrañas, 
cabe mi madre con ojos dulcísimos
y mirada amarga, esto es
preocupación, 
caben también mis dos riñones
sedientos y niños.
Siento hasta el más ligero robo de luz.
Me voy quedando a oscuras:
hecha una vena furiosa de latidos
rojísimos mezclados con lo negro 
del dolor y la náusea.
Ladeo la cabeza para que la barca
del hombre naufrague.
Resulta peor traer un muerto encima, 
las ruinas de su barco oxidadas en mi vientre
y todas las estrellas opacas
abultadas en mis ojos
que de tanto y tanto, ya no lloran.
Entiendo que un dolor de cabeza
ya no es un dolor de cabeza,
que no basta nombrar dolor al dolor, 
que en el fondo soy un río: 
debajo de mi vestido de humanidad
sólo hay tiempo.


Creer en la vida, en dios,
en la dureza de las manos.
Creer hasta exprimir la verdad, 
repetirla como un mantra, dosificarla.
Creer hasta agotar el verbo
hasta usurpar todos los templos y santuarios, 
hasta sangrar todas las rodillas, 
y secar todos los ojos luego de haberlos tenido
fielmente cerrados, húmedos de esperanza.
Creer en la dignidad del aire, 
porque tal vez eso somos, 
algo invisible 
que sólo pasa y se va.
Creer que hay una sabiduría oculta, 
un fruto que cuelga del llanto 
y agradece su esencia de sal,
su néctar tibio no tan dulce. 
Creer también en las distancias,
lo mismo que  en el canto de un ave
atravesando su jaula.
Creer en la gramática del dolor 
para articular la sintaxis de la edad madura.
Creer, y aun así
preguntarse si en verdad vale la pena 
tensar los músculos, gastar la piel, el rictus,
lo blando del corazón,
cuando lo inevitable viene 
dulcemente
a adormecernos los puños.


Quizá la poesía no sea para hablar
de que estoy enferma
y me da miedo morir,
de mi necesidad de trascendentalismo.
Quizá no sea el lugar para dejar caer mi boca
imprimiendo mi sed
mi hambre, mi aliento metálico.
Tal vez sea la forma más eficaz
de contar chistes,
no estoy segura.
Estoy siendo demasiado directa con mi dolor,
tengo que oscurecer el poema
como piden en los talleres,
decirles algo, cualquier cosa. 
No debo ser mezquina y anticuada,
no debo aburrirlos con mi muerte anticipada
y mi resucitar forzado 
en un cuerpo que desconozco.
Quizá esto no es un poema, 
no estoy segura.


Y aún si me va a matar esto
¿Qué? Nadie se salva.
Y aunque lloro y me retuerzo
¿Qué? ¿A dónde ir? 
No puedo levantarme de mí misma
y abandonarme.
Dejar de lado el cuerpo anémico, 
su porvenir de tubos y morbilidad.
No puedo irme lejos de mí
como se han ido muchos otros
hiriéndome con su bondad,
con su amorosa indiferencia.
Bendita canción del bien, nunca te acabes,
que sigan aparentando los otros que les importo 
y me ofendan luego 
no con su misericordia:
nadie tiene su corazón en harapos, 
no, con su lástima, 
como al mendigo que le dan una moneda 
y eso no lo sacará de las calles;
con supan ácimo para mi pobre hambre;
con sus fórmulas de aliento para inflar mis pulmones, 
para obligarme a decir gracias.
Adelante, que vengan estos pastores
y traigan sus buenas intenciones 
vacías 
pero buenas al fin.
Aquí les recibo su leche pasada 
sus billetes de la lotería falsos, 
sus largas e infinitas promesas de ayuda. 
Lo guardo todo
y me desgañito en cólera y furia. 
Desde aquí amo toda su hipocresía, 
hermanos, y la transmuto en oro, en llamas,
en gozoso misterio. 
No quedaré aquí,
abiertas estarán puertas y ventanas, 
los girasoles, la luz y el aire,
entonces
respiraré con más fuerza,
profundamente.
Me gastaré los puños a gritos, a palabras.
Seré pira y fuego.
Arderé hasta las lágrimas,
hasta que mi garganta sea una granada 
caída del árbol de tan madura, 
de tan roja y herida
Si esto me mata, ¿qué? 
¿Qué harán mis dos manos sino cerrarse? 
¿Quedarse abiertas para abrazar 
la muerte como vieja promesa, 
como un bello ramo de imposibilidades? 
¿Qué hará mi boca o mi pecho? 
Todo callará,
pero ya habré conversado con el aire.


Poemas ganadores del Segundo lugar de "Caminos a la libertad" (2015)




Sobre la autora:

Arely Jiménez, Aguascalientes, 1992. Pasante de Letras Hispánicas de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Fue becaria del Curso de Verano para Jóvenes Escritores 2012 de la Fundación para las Letras Mexicanas en Xalapa, ese mismo año ganó el Premio Nacional de Poesía “Desiderio Macías Silva” con la obra titulada “La noche es otra sombra”. Ha participado en distintos encuentros y talleres como el XXI Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en el País de las Nubes (Oaxaca, 2013), Segundo Encuentro de Escritores Jóvenes Jesús Gardea (Chihuahua, 2014), así como en distintos Altalleres (San Luis Potosí, 2011; Aguascalientes, 2012; Guanajuato, 2013). En marzo 2015 fue becaria de los talleres “Los signos en rotación” dentro del festival cultural ISSSTE-INTERFAZ 2015, ese mismo año también ganó un segundo lugar en el Sexto Concurso Caminos de la Libertad para Jóvenes de la categoría “Poesía y narrativa”, y también fue merecedora del Premio Nacional Universitario de Narrativa “Elena Poniatowska”. Ha sido publicada en diversos medios impresos, así como digitales, tanto de su país como del extranjero. Ha tomado clases con escritores como Eduardo Antonio Parra, Rafael Toriz, Luis Felipe Lomelí y Javier Acosta. Actualmente, se desempeña en la corrección de estilo y la impartición de talleres de escritura terapéutica.


Colaboración: Sara Montaño Escobar

EMBRYOS DE CAMILA KRAUSS





 Por Gabriela Cano


1.   ¿Cómo habitar el cuerpo? Hay en el libro de Camila Krauss no una respuesta, pero si varias maneras de enunciar la duda: habremos de llamarle un conjunto celular, un fragmento,  multiplicación. Curiosamente uno no piensa en él cuando parece obvio y está sobre las piernas. Tampoco cuando lo hace hablar o girar porque tal como  dice la autora: uno hace jugo de las frutas y no piensa en los huertos. 

2.   Aún más: cómo hablar de nuestro cuerpo, como si fuese otro, una habitación que se comparte, desde el delirio y la extrañeza de permanecer biológicamente unidos y palpitantes. A veces en una condición que parece parasitaria, pero otras es un desdoble. Un yo que debería ser un reflejo pero que tal como dice un verso dentro del libro: no tiene cara.

3.   Hay en la obra un discurso que se busca en lo más pequeño. En lugares que uno no imagina que existen más que en los libros de anatomía. Los conectores de los que dependemos, los impulsos que deben obedecer nuestros órganos, cada una de nuestros sistemas puestos ahí en un dibujo de líneas infinitas. Igual que esos libros de botánica de Margaret Mee quién durante décadas había intentado captar a la misteriosa flor de la luna, Selenicereus wittii, un cactus que sólo florece apenas por unas horas durante una noche. Camila también parece haberlo logrado:  semilla de cristal, astilla de palos,  espina pétalo, párteme en gajos.   


4.   Y otra cosa: cómo decirle al cuerpo que jamás estuvo tan vivo. Aunque esté doliente, más que nunca, una vitalidad salvaje. Dice Artaud en  Historia de un cuerpo sin órganos:  en estado puro porque se toma el trabajo de participar en ese codeo natural entre las fuerzas que componen la realidad y, asumiría personalmente, sus aterrizajes forzosos. Pudimos nunca tomar un vuelo pero si habernos caído y llorar: llorar celestialmente con la fuerza de las turbinas y subir a un avión sin torre de control y sin pista de descenso.

5.   ¿Cómo hablar del porvenir cuando es un recuerdo de lo que no ha sido concebido? En la obra hay un árbol genealógico que se va completando de la misma forma en que vemos un álbum viejo y señalamos a los parientes de los que venimos pero nunca constatamos con vida: quién no es tú , antes del que tiempo comenzará sin detenerse, cenizas muertas, relámpagos atados, no eres diferente de las personas muertas que nunca se van.

6.   Desear ser el embryos. El que aún ignorara el sentido de la perdida y las cenizas. El que no nacerá, pero será escrito con aullidos. El que no repetirá la historia: sin desgajarse, sin deshijarse. 

Dibujos: Italivi Vargas Cabral

The Gronthee: Un festival poético internacional en Londres





The Gronthee es una plataforma literaria que organiza anualmente un festival poético internacional de dos días con poetas de todo el mundo. Este año, las organizaciones The Gronthee, RadhaRaman Society, Arts4Democracy y eXXIled ART se unieron en Espacio Gallery en Londres, para realizar este festival, invitando a poetas reconocidos de Asia, Latinoamérica, África, Europa, Estados Unidos, entre otros. El evento se llevó a cabo entre los días 26 y 27 de enero del 2019. 






El festival es curado por el poeta bengalí Ahmed Kaysher, un poeta reconocido y uno de los mayores promotores de la música clásica de su país. Es el director de la organización Saudha, una organización de poesía y música hindú en el Reino Unido. Además, es el director del Eastern Arts y Media Network (EMAAN) que producen un programa televisivo y documentales que se puede encontrar haciendo click aquí. Es también organizador en el RadhaRaman Festival.








El festival también está organizado por Shamin Shahan, otro poeta contemporáneo y reconocido Bengalí, que es el editor de la revista The Gronthee, y también organiza lecturas, charlas, workshops y recitales de música en el Reino Unido. Es también el organizador principal en el RadhaRaman Festival.



Durante el primer dia del festival leyeron los reconocidos poetas Carlos Reyes Manzo, David Lee Morgan, Sofia Amina, Jah-Mir Early, Tanvir Ratul, Farah Naz, Ezra Miles, Rose Drew, Peter Bearder, Nick Sawyer, Michael Madhusudan (recitado por Tanjina Nur-i Siddique), Jibanananda Das (recitado por Ajanta Deb Roy). Además musicalizó el Dr Imtiaz Ahmed, uno de los exponentes principales de Tagore.






Video

Durante el segundo día del festival, leyeron al poeta Delower Hussain Monju (recitado por Dilu Naser), recitaron los poetas Ziba Karbassi David Lee Morgan, Marcia Martins da Rosa, Math Jones, Lawrence Mathias, Ayub Aulia, Gaby Sambuccetti, Jenumz Naqvi, Rezwan Maruf, Shamim Shahan, Kamal Rahman Shumon Supantho y T M Ahmed Kaysher. La poeta italiana Giulia Matilde Vitiello leyo poemas de Dante, se leyeron poemas de Michael Madhusudan Dutt recitados poe Urmee Mazher, de Nazrul por Soma Das, y para finalizar hubo un recital de Nazrul and Ghalib. 




         

Después de las lecturas, los poetas recibieron diplomas y un libro con textos de los poetas que leyeron durante el festival. El festival contó con la cobertura de distintos medios de comunicación de distintos países del mundo. 




El festival se realizará nuevamente durante el 2020, y promete tener un alcance aún mayor. La organización estará a cargo nuevamente de Ahmed Kaysher y Shamin Shahan.





CARLOS NUSS







Pamela Rahn




Ella corría

Ella corría a través del espejo
como un misterio que se nombra a si mismo,
la caída antes que el salto,
las dos cabezas de la oscuridad
mirándome en sus talones,
volteando por sobre su boca
que dice lo que ella no dice. 
Corría a través del espejo,
sus dos perfiles, flor a mano cerrada
giraban por sobre sus hombros,
los anzuelos sugeridos al pez del sol
que en vano cruza los dedos,
flota y boquea en el pelo de agua,
en el reflejo perdido por milésimas 
de sombra dentro de su sombra. 
Ella corría a través del espejo
copiando las muecas de la luz,
el karma de la luna la miraba de espaldas,
la inútil carrera del tiempo
jugándose en sus párpados, 
sus dos apéndices cóncavos hacia el vacío, 
sus dos maneras de inercia y lejanía. 
A través del espejo iba
para espantar el reflejo y salir 
para siempre
de él.



Canción de cuna para despertar

Alguien te dará de palabras
algo moverá tu lengua de lugar.
¿Harás de lo normal una excepción?
¿Será la belleza tan terrible?
La voz será un perfume que guía 
al ciego entre baldosas rotas.
Canciones de cuna para despertar,
la grafía descalza quema al pisar,
al hablar sin amuletos.
Siempre se dice para otro
aún cuando ese otro
sea uno mismo.

De “La quinta pata”



Autoinventario

Soy un porcentaje en la estadística,
un rol en la encuesta
que no sabe-no contesta
sobre el mote de la gravedad de las piedras
y el volumen de los escrotos.
Soy el mes del fin del sueldo,
soy un voto impugnado,
soy plusvalía y consumidor final,
target de la publicidad, 
blanco de las ofertas,
soy un ticket de supermercado.
Soy un rostro al final de la fila,
soy un litro de sangre donada
que no alcanzó a ser derramada
…aún.



Urbana

La calle es una prosa dura
sin ningún esmero estético
siga derecho y se llega a la felicidad
con una bolsa de supermercado; 
pierda cuidado,
la policía custodia el patio recién barrido
y las caderas de los automóviles,
si el huésped no pierde la calma 
en los semáforos.
La libertad es una ama de casa
con derecho a la palabra
y al resentimiento del sábado a la noche.
La clase dirigente digiere gente
con el entusiasmo de un empleado municipal,
con el amor de las fauces de las urnas.
La mañana toca bocina en los corazones
mientras la tarde prueba su traje de muerte,
ajustando el dobladillo de las costureras
para hacer las paces a la luz de las velas.
Los hombres tropiezan 
con sus callos y sus sombras
limpiándose la esperanza de la cara
para ensuciarse religiosamente
al día siguiente,
en la eucaristía de las esquinas.

                                               De “Contrapunto pat-AGÓNico”





Sobre el autor:

Carlos Nuss (Concordia, Entre Ríos). Reside en Comodoro Rivadavia desde 2009. Estudió Profesorado de Historia. Ha puesto en escena espectáculos que fusionan la oralidad de la poesía con otras artes como la música y el teatro. Publicó los libros de poesía “Contrapunto pat-AGÓNico” (Vela al viento, 2016) -en coautoría con Ezequiel Murphy-, "La quinta pata" (Espacio Hudson, 2017) y la nouvelle “Tons” (Editorial Cooperativa El Miércoles, 2018). Expuso “La gota perfecta” –muestra de pintura y poesía basada en la devastadora tormenta que azotó Comodoro Rivadavia en 2017– junto a la poeta Mariana Heredia y la pintora Alejandra Heredia.




Colaboración: Sara Montaño Escobar













Mere Echagüe: «Aprender a leer y releer todo el tiempo a una sociedad que no cree que yo ni ninguna otra mujer merezca los derechos que reclamamos es muy difícil, pero se aprende. »






¿Por qué te volviste feminista y cómo se fue dando este proceso?

Conocí al movimiento feminista como tal hace algunos años, cuando empecé a hablar del aborto a raíz del embarazo no deseado de una persona muy cercana a mí. Recién ahí empecé a indagar y pensé "ah, entonces lo que yo soy es feminista"; por momentos pensaba que estaba loca, o por lo menos totalmente equivocada. A partir de ese momento empecé no solo a indagar en el feminismo, a identificarme con muchas cosas, a cuestionarme muchas otras, y ese proceso lo caminé acompañada de amigas hermanas con las cuales empezamos a darnos cuenta -y todavía- de lo mucho que falta para ser realmente libres, entonces la lucha debe ser incesante.

Dentro del panorama literario, es evidente y se ha habla constantemente de machismo dentro de los recitales. En Argentina, ¿De qué forma se produce este hecho y cómo se lo ha combatido?
A mí me ha pasado varias veces en el ambiente literario -reducido, en mi caso- de identificar comportamientos que me parecen horrorosos. Pasa en los recitales pero también en talleres, en ferias. Aún no se lo ha combatido, pero sí muchas compañeras poetas nos empezamos a organizar, a hablar entre nosotras: empezamos a ver más allá de todos (los hombres) y empezamos a vernos a nosotras como pares. Hay un grupo de poetas organizadas que se llama Poetas por el Aborto Legal que armó una movida muy piola y publicó un poemario durante el debate por el aborto legal, seguro y gratuito durante 2018 en Argentina.  Sabemos que no lo vamos a combatir de un día para el otro, pero es importante que se visibilicen esas prácticas machistas y organizarse para empezar a pensar cómo combatirlas.

¿Cómo ves el panorama feminista dentro de Argentina?

Es un movimiento enorme y hermoso que me emociona hasta las lágrimas. Veo mujeres increíbles que le ponen voz, cuerpo, fuerza a esta marea que es arrasadora y que no se detendrá. Creo que el panorama feminista es favorable porque, primero, está lleno de amor, pero además sabemos que nos falta mucho por cambiar, por repensar, por cuestionar, y eso es un motor que nos hace seguir luchando, aunque lleve años y años, por todo esto en lo que creemos.


Sobre el tema del aborto, ¿Qué posición tienes tú?

Estoy a favor de la idea de que cada mujer pueda decidir sobre su cuerpo. Pero creo que el eje de la discusión no es saber qué pensamos algunxs o en qué creemos; importa lo que les pasa a miles de mujeres en el país, obligadas a hacer con sus cuerpos cosas que no quieren, obligadas a parir hijxs de sus propios violadores, u obligadas a morir por abortos clandestinos (o ir presas por habérselo realizado). Aún es mucha y son muchas la(s) violencia(s) que sufrimos las mujeres, pero amén de las creencias personales, religiosas o morales, el Estado debe responder como tal ante la creciente cantidad de casos de abortos seguidos de muerte que se realizan las  argentinas, sobre todo las de las clases más bajas, en la clandestinidad y en situaciones sanitarias deplorables.

5. Cuéntanos en qué eventos te has involucrado como militante del feminismo y qué experiencias te han dejado estas vivencias.

Tengo dos trabajos: por un lado, formo parte de la editorial independiente Modesto Rimba, en la cual además de ser parte del equipo de trabajo, soy feminista. También trabajo en un medio de comunicación comunitario llamado FM Boedo, en el cual además de ser operadora radial, soy feminista. También soy la vecina de alguien, la hija, la hermana, y soy feminista. Es un movimiento tan apasionante que es difícil ser feminista y seguir involucrada en cuestiones que no lo son. Participé de lecturas y de antologías (una de ellas, Liberoamericanas, es una antología de 80 mujeres poetas de Iberoamérica que se publicó en 2018) y nunca se deja de lado la lucha. Se lee y se es feminista, y se deja el micrófono y se sigue siendo feminista. Las experiencias son casi siempre de aprendizaje: aprender a comprender a unx otrx que piensa distinto, por qué, con qué fin, en qué contexto. Aprender a leer y releer todo el tiempo a una sociedad que no cree que yo ni ninguna otra mujer merezca los derechos que reclamamos es muy difícil, pero se aprende. 

¿Es necesario el feminismo en la poesía?
No sé si es necesario en la poesía, pero sí en las poetas. No conozco a una sola mujer que crea que antes de reconocerse feminista escribía mejor, o se sentía mejor; yo creo que nos hace mejores personas, tal vez eso se refleje en la producción, tal vez no. 

¿Formas parte de algún colectivo feminismo o de poesía?
Formo parte de una organización política que milita el feminismo y defiende los derechos de las mujeres y disidencias.

Qué autoras y poetas mujeres recomiendas como lectura imprescindible.
Gioconda Belli me iluminó la cabeza y me cambió la forma de pensar algunas cosas. Margarita Roncarolo me cagó a piñas de poesía totalmente fabulosas. Ambas me enseñaron que está todo bien con escribir de otras formas y sobre otras cosas, y eso es enorme.

Coméntanos en qué nuevos proyectos estás trabajando actualmente.
Hace poquito más de dos años publiqué mi primer poemario, Canción de aire, y ya estoy masticando la idea de armar algo nuevo. Habiendo pasado tantas cosas en materia política y social en tan poco tiempo, siento que soy otra Mere, distinta, y ella también tiene cosas para decir. 
Por otro lado, la situación en Argentina está muy complicada a nivel económico (a muchos niveles, en realidad) y entonces empiezan a aparecer trabas que hace algunos años no eran tales. Lo bueno es que a una no le pueden quitar las ganas de escribir, así que mientras me mantengo activa con el ejercicio y el trabajo de la escritura, busco la forma de poder concretarlo a pesar de todo.




Sobre la autora:

Mere Echagüe: Nació en el año 1987 en Posadas, provincia de Misiones; vive en Capital Federal desde 2011. Es feminista, hincha de Boca y traductora literaria de inglés. Empezó a escribir poesía en la adolescencia y en 2013 participó por primera vez en un taller de escritura creativa, donde empezó a gestionar en silencio su primer libro, Canción de aire (Modesto Rimba, 2016). Participó en las antologías Liberoamericanas, 80 poetas contemporáneas (Liberoamérica, 2018) y Hay palabras alrededor de este cuerpo. Poemas por Santiago Maldonado (Mi gesto pank, Subpoesía, Rama Dorada, 2018). Fanática del mate, de Eva Perón y de dormir la siesta. 


Colaboración: Sara Montaño Escobar















ASTRID SOLDEVILLA

Mariela Cordero




La montaña

He llegado desde el dolor
para aprender el arte de acariciar una herida
he descubierto que mis dedos no tocan
ni mis ojos miran
pero que en mis manos tengo el calor para acoger
el invierno de un pecho que se agita

he encontrado
que en una montaña
hay un cuerpo que se rompe
cuando lo necesita.



Primer mundo

Hoy soy diminuta
soy una mosca perdida en habitación extranjera
y todos los que me miran son arañas

todo se mueve tan lento
y me entra una pena tan grande
que desde mis ojos se ve el río Thames

Todo es tan exacto
que mi lenguaje oblicuo rebota en sus esquinas
todo es tan exacto
que mi rostro indio no entra en sus espejos
todo es tan exacto
que mis besos no caben en sus mejillas
todo es tan exacto 
que después de un polvo
tengo que despedirme de lejos
como pidiendo disculpas
sin mirarlos a los ojos
todo es tan exacto
que me avergüenza mi cuerpo
la velocidad de mi lengua
y mis dos apellidos

mi pasaporte tiene una mancha debajo de la palabra
nacionalidad

me da pena
a él nunca le pude contar que yo también sonrió cuando veo una polilla
que me dan ternura las abejas 
que me hacen llorar las hojas secas
y que cuando lloro no termina
y lo que se ve en mis pupilas
no es el río Thames
es el Rímac
y se me va a las rodillas
y que todos los días
me muero demasiado
quiero demasiado
necesito demasiado
pero solo miro una silla
pero solo miro una silla
pero solo 
miro
una silla

el calor me abraza de nuevo
como a las bancas donde duermen vagabundos
vagabundos tan blancos
vagabundos tan rubios
y me pierdo en buses de negros para sentir calma
les sonrío grande y loca
me sonríen grande y loco de vuelta
no estamos en el primer mundo nos decimos con las cejas
les beso toda la cara
y me la besan toda de vuelta
y nos vamos a un barrio pobre
para sentirnos en casa.



Victoria
                                 
A tu tacto padezco
subo y bajo escaleras de tu vientre a tus tobillos
soy plasma
materia indescifrable
que se acuesta en tu espalda
como un verso cansado
emerjo de ti como una ventana
desde donde veo mi cuerpo y el tuyo multiplicados
es primavera en las entrañas
y he descubierto mis manos 
tratando de escribir tu nombre 
es primavera en las entrañas
y he descubierto mis pies 
soñando con ir a tu casa
yo que abro una puerta 
y siempre veo
tu cara.



Cuando mi abuelo se queda dormido viendo el noticiero de las 11

Cuando mi abuelo se queda dormido viendo el noticiero de las 11
lo que me detiene es la tristeza
lo creo deshabitado
como un animal que ha abandonado la piel primera
un saco de huesos y carne que ya no es mi abuelo sino otra cosa
a la que le lloro sin entender
que lo que me da pena no es la muerte
sino el cuerpo vacío que abandona

mi abuelo se quedó dormido viendo el noticiero de las 11,
pero comprobé que aún respiraba
aún se hinchaba como un sapo viejo
aún abriría los ojos y me diría que coma
aún vagaría por la casa buscando alguna cosa
que luego su memoria mantendría en secreto
aún me diría que el amor no es para siempre
y solo es eterno para los hipócritas
aún se reiría mirando una foto en el periódico
y diría mi nombre como si fuera un sueño

mi abuelo se queda dormido viendo el noticiero de las 11
todos los días
e intento hacerme a la idea de que un día
el noticiero estará encendido
y ese sillón estará vacío.



La gota del río

Algún día viviré en la gota del río
y seré tan pura que el viento soplará mi nombre
esta camisa la tenderé al sol 
hasta que abandone mi cuerpo
y me iré lento como las hojas
todo aquel bañado por mis aguas saldrá niño e ileso
haré del dolor, un abrazo
del silencio, una caricia
de la muerte, un suspiro
en mis arcas crecerá musgo fresco
seré hogar y alimento
de minerales majestuosos 
que harán nido en mi pecho.




Sobre la autora:

Astrid Soldevilla (Lima, Perú; 1995). Artista multidisciplinaria. Poeta, música,fotógrafa y videoartista. Bachiller en Comunicación Audiovisual de la Universidad de Lima. Invitada al encuentro académico y literario “Spanish and Latin American Voices in Oxford” de la Universidad de Oxford en Inglaterra. Ha expuesto su obra fotográfica en distintas galerías de la capital. Actualmente se encuentra trabajando en su primer poemario. 



Colaboración: Sara Montaño Escobar




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