ALDO VICENCIO







Ahora, lejos

en uno,
a través, la quietud parlante

proximidad de la imaginación,
pasos de navegante aéreo en tierra

en uno,
la risa, cauda de vejez libre:
reinicia la vida, mientras tres dedos apuntan su nombre
en la raíz de un árbol

la reincidencia de la aquietud,

un talar mar y cielo,

despertar y no ver,

ahora sientiente


tengo un beso sin sosiego,
el beso de un aleteo sordo

una parte del mundo
se ruboriza y murmura regocijo

atlántica dicha,
curva, brillosa, tan colorada

sin alguien, sin razón,
he pedido un instante de silencio

en este espíritu, uno,
más siempre a través de las siete plumas 
de cientos de soles sacrificados

el camino de la cuerda,
en tensión un crepúsculo equilibrista

en un cuenco,
mi propio tiempo, el alud en frenética espiral

voz descompuesta

í n t e g r a   a s f i x i a

un atisbo del reposo,
hay una entrada sin solemnidad a los pies de las casas

desabasto de manos, anticlima del cuerpo 

¿qué es tener todo, sino se anima mi ausencia?

estoy de nuevo en el cuenco sin fondo, sin poder verme:
creo que soy un parpadeo de cristal



Campo menguante

rostro emergente

diáfano

frotar las entrañas

espíritus en las venas

una sombra
de pasto y viento

empellón

inefable

después de todo
las saetas también están heridas

en esta poca
tierra tierna

ráfagas de silencio

deflagración

ambages

n u b e s,
digo su nombre
en mi sangre

forma absoluta de la destrucción

un vestido vivo
bajo un sombrero de paja

cuerpo liso

hasta mí 
el mantel vacío

surcos con unas mudadas

vacilante grieta
en las gafas

i n s o l a c i ó n 

contrincante quieto,
la emoción de los aguijones

por mí mismo
atravieso la vara cenicero 

astro en la puerta final

cauces en mi boca

ya no hay nadie narrando la
e v a n e s c e n c i a



Lo afecto

en la noche 
bate arterias llenas de estrellas un gorrión

es Dios

no hay forma de que no adivine
la silueta de su voz que no dice nada

una cortina de nubes que se abre cuando cae

diverso el plumaje
    en la pisada de la oscuridad

las cosas más humildes me hinchan las mejillas y el pecho

ojalá nadie me las arrebate 

en ellas está Él, o Ella…

supongo que ninguno, sino el todo,
una colina inclinada que oye

ojalá nadie me escuche susurrarle

porque lloro cuando lo hago

mi lengua es un glande abierto,
y tengo la paternidad extraviada de mi cuerpo

solo hay pasto, tanto pasto…

…de nuevo me duermo…

batir la pena del diente roto del lobo zigzagueante,
ciudad descubierta

control sin mano

estar fuera, y seguirle herido,
bajo los puentes

una tras una las líneas que deja 

batir atrás, mi cielo en llamas

congestionado río de palpitaciones,
su luz a poca velocidad

estoy bajo sus alas,
que se cruzan y dejan escapar una promesa:

siempre…




Vacuidad 

En este balancear
de tedio cáncer,

se me hace poco saber a hombre

Ceniza sin depósito,
perpetua caída en un lago de tacto informe

Saberme uno y no lo otro
reduce mi mente a dientes que mutilan sangre,
tocado mar de guerra

Vacío siempre el nombre,
balanceo la rueda, el dolor,
ese torpe rostro dorado en una montaña baja

El que me ve es una ilusión
    un elefante blanco 
    sobre una sombra, no la suya:
     l a   m í a

Desposeído, desnutrido, desvelado,

a quién dibujo no es hombre,
es aire,
      es luz cierta:

es una vela en el agua



Aldo Vicencio (Ciudad de México, 1991) Poeta y ensayista, estudió la Licenciatura en Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Fundador del colectivo poético Naufragio,y colaborador de Liberoamérica, es autor del poemario Piel Quemada: Vicisitudes de lo Sensible (Casa Editorial Abismos, 2017)y el videolibroAnatolle. Danza fractal (El Ojo Ediciones, 2018). Su obra ha sido publicada en diversas revistas literarias en México, como Periódico de Poesía y Punto en Línea de la UNAM,Círculo de Poesía, Opción del ITAM, La Rabia del Axolotl, El Septentrión, Marcapiel, Blanco Móvil y Carruaje de Pájaros,además de diversaspublicaciones iberoamericanas, como Digo.Palabra.txt de Venezuela,Revista Antagónica  de Costa Rica,Enfermaria 6 dePortugal, Oculta Lit, La Galla Ciencia, y penúltiMa en España,entre otras. Ha sido incluido en la antología española Nueva Poesía y Narrativa Hispanoamericana (Lord Byron Ediciones, 2016).


Colaboración: Sara Montaño Escobar



JUAN CARLOS DE LEÓN




CRÉDITOS FINALES

Imagina a Ingrid Bergman
Y a Humphrey Bogart
En Casa Blanca
O a Jean Reno
Y Natalie Portman
En el Perfecto asesino
Así de pequeño era el mundo
Y fuimos nosotros

Pero también fuimos Marlon Brando
Y Christopher Walken
Y Robert de Niro
Y Ronald Lee Ermey
Y Charlie Sheen
Combatiendo
En terrenos fangosos del tedio

También fuimos
Dori y Nemo
Escapando de nuestras propias redes
Y de algunos humanos

Y fuimos también María Félix
Y Pedro Armendáriz
Con nuestras mejores poses
Ensayadas

Y de alguna manera
Bajo el clarinete
Fuimos Woody Allen y Diane Keaton
Amodorrados bajo un puente lejano
Contándonos chistes metafísicos

Ahora
Si bien lo pienso
También fuimos Jean Seberg
Y Jean-Paul Belmondo
Haciendo muecas con un sombrero nuevo
Y fuimos Salma Hayek y Colin Farrell
En una mala época (por cierto)

Nos acercamos muy poco a ser
Uma Thurman en Kill Bill
O Javier Bardem en No hay lugar para los débiles
Porque nos faltó coraje

Ni un silencio valioso que mereciera
El aplauso de los hermanos Coen
O una reverencia informal
Del Big Lebowski

No

Pero nos apropiamos de un otoño
Y bebimos té
Y hablamos de combatir los impuestos
Y de hacerle frente al terror del talibán

Leímos El Economista
Y hallamos algunos mapas en sus páginas rojas
Y fabricamos piñatas
Y nos adueñamos de un blues del Real de Catorce
Y nos encantamos con el petricor
Y adoptamos a doscientos gatos

Quisimos ser al Pacino y Gabrielle Anwar
Pero abandonamos el tango cuando Gardel desafinó
Y nos volvimos más Tom Cruise y Nicole Kidman portando
Máscaras en la residencia de un político
Durante una orgía
Y te volviste más Catherine Deneuve en Repulsión
Y yo más Arturo de Córdova en Él

Nadie resolvió nuestro enigma
Del plano secuencia larguísimo

Hitchcock como padrino
Y Katie Bates como jueza
¿Hacia dónde carajo volaron las aves?

En último intento formulamos preguntas
Viajamos al Amazonas en una expedición con Fitzcarraldo
Volamos en globo aerostático
Compramos un arma
Y nada sirvió

Nos convertimos en lo que estaba prohibido
Desde un principio:

Ser Richard Gere y Diane Lane
En Infidelidad


Y ENTONCES

Y entonces
Siempre los epígrafes
Y las instrucciones
Como son precisamente eso
Instrucciones

Y lo que uno quiere
Solamente es llegar
A su departamento
Recién alquilado
Y aspirar el polvillo de las grietas
Aspirar
Y ver trineos
Y los Balcanes
Y la sonrisa de la chica
Del vestido en el supermercado
Y elegir olores y colores
Para una anhelada cena
Elegir los mejores colores
Para asombrar en una cena
Bajo la música de Miles
O de tenores italianos
O de grandes mastines
Mascando tus propios huesos
Y hacer música con ellos
Como ese funk melodioso
Que no deja de atormentarte
A veces la monotonía
El traje
La corbata
Y los minutos
Los miles de minutos
Rasurando la sonrisa
Y los aviones
El pan seco
Y la tostadora llamando…
El no ser un cliente distinguido
En el supermercado
Y la joven cajera que pasa por alto
El cobro de una lata de sardinas
Como en un día fabuloso de pesca
Porque te falta dinero

O muy parecido a la horca
Rumiando en tus entrañas
Con la mejor sonrisa
Lamiendo la sal de tus actos
Haciendo un ejercicio de contrición
Porque no tienes escapatoria
           
Tañido de patrullas
            Policías hambrientos

Como tú hambriento
Carcomido
Terreno
Callejero
Balbuceando poemas de Efraín Huerta
Al aire
A la calle
A las bocas hambrientas
A los oídos nocturnos

Sediento bajo el amparo de la luz
De Dios
Y en la televisión una mujer
Se ha pintado en los párpados
Unos nuevos ojos
Y ofrece entrevistas en francés
Detrás de unas cajas de cereal
Feliz con su vestido azul
No lotas
Ella es feliz con ese vestido azul
Y tú lo notas
Y llegas a odiarla un poco
Haría bien un cambio de muebles
Haría bien un cambio de cama
¿qué dice el Feng shui?
¿qué dicen los anuncios en la prensa?
¿qué dicen los destacados?
Debería mover la mesa para
Recibir el otoño

Y el otoño es una hoja aplastada
Un camino crujiente
Con tus botas negras
Un camino por la Álamos
Partiendo plaza

¡Ah! Si pasara por aquí un toro de lidia
Si el público lo advirtiera
Si hombros saliera
De esta gran plaza
Abierta a la memoria
Granada roja partida

Y uno solo quiere
Aspirar el polvillo de las grietas
En su departamento
Recién alquilado


SOY EL CIELO PARTIDO

Soy el cielo partido
El cielo de esta ciudad partida
La belleza de las grietas
Donde nacen pequeñas raíces
Y la gente las pisa
Sin darse cuenta

Soy la mano que te acaricia
Con el vaivén del viento
Desnudo en tus anhelos
Hurgo en tu noche oscura
Bajo la conjura de esta ciudad partida



Juan Carlos de León (Ciudad de México, 1981) Soy periodista, egresado de la Escuela Carlos Septién García. He publicado entrevistas, reseñas, cuentos y poemas en revistas digitales e impresas de México y el extranjero como Replicante, Casa del Tiempo UAM, Metrópolificción, Enfermaria 6, Cinosargo, Homines, Suplementodelibros, Hologramma, Bitácora de Vuelos, Punto en línea, El Universo del Búho y en la extinta Palabras Malditas. Mi trabajo poético data de la adolescencia (ya muy lejana); jamás he asistido a talleres de poesía, mis bases provienen de otros poetas y sobre todo de las cosas simples, donde me parece que radica lo esencial de la poesía. Me gusta escribir, amo escribir y contemplar y así será hasta que mis ojos funcionen y mi espíritu mantenga su capacidad de asombro. Tal vez un día decida que es tiempo de publicar un libro, tal vez.

ANA BASILIO






Julia Geiser




CENIZAS

Mi cuerpo despierta como si lo hubieran golpeado 27 veces, pero sólo fuiste
abrazándome

y abrasándome.


RETRATO FAMILIAR

Hay alejandrinos tejidos en mis costillas.
Los tejieron con sangre.

Mi abuela suele tejer por las mañanas.
Aprendió de su madre, quien tejía y bordaba por miedo, ansiedad;
después de que don Erasmo la tocaba. 

No importa el título de don Erasmo.
“Esposo, amigo, hermano, padre, tío, abuelo.”
Erasmo era un árbol de furia.
El dinero no alcanzaba. Nunca alcanza.

Nada nos alcanza a los que dormimos con cal en las pestañas.

Erasmo volteaba la mesa.
Quería cuerpos, todo le causaba incendio.

Erasmo, toma mis ojos y sírvelos en tu plato.

La luna viene llena, me abruma
y se aprovecha del petirrojo que canta.

Por favor Erasmo, no toques a mi mamá, 
déjala en paz.

Mi abuela se llama Ema y Erasmo la versaba.
Empezaba por el collar  y seguía por la falda.

Ema cerraba los ojos.
“es mejor pensar en cosas bonitas, no pasara nada”- decía Erasmo
Quedaba sangre en la cama.

Las heridas arden pero no rebasan al alma.

El cabello se vuelve
un ente inservible , o a veces, aun mejor,
el velo con el que nos cubrimos de dioses,
miradas que no existen,  pero pesan.

¿De dónde surge esta vergüenza?
¿Cómo se acaba?

Erasmo nos lleva al rio,
y somos todas,
Pero ¿qué importa? no tenemos rostro.
Nadie recuerda nuestro nombre


Erasmo deja caer un cerillo.
Prendió su cigarro en la luz de mi pecho.
Que es el pecho de mi madre, de mi abuela, de mis hermanas.

¿Qué importa? si al día siguiente saldrá otro petirrojo, 
hermoseará la mañana
y solo seremos abono de la tierra que nos abraza.

¿Dónde tiraron mis ojos?
De las flores nacen estos cuerpos.
Vergüenza,
¿cómo piensas que puedo nombrar a la patria?

Había olor a tabaco en su aliento,
caña y sudor.

Ema aun cierra los ojos para ser ella en su madre,
pensar en cosas bonitas.
porque no pasa nada.

Yo,
 soy la constelación de las que ya no bailan.
 Ellos leen mis costillas.
 catorce, catorce.

Tejo por la madrugada, aquí ya no hay montañas,
pero tengo aun, los sonidos del gallo
atraviesan   mi garganta,
sangra,
sangro,
sangro.

Nunca estuve más orgullosa de mancharme las piernas y  la falda.


VÉRTICE NOCTURNO

No conozco el lenguaje de dios, pero tengo pájaros bajo mi falda.

Reconstruyen mis ojos.
Caen los días, bailamos.
Mi sangre besa suave, huye,
también baila.

El cuerpo es un adiós permanente de la vida,
la sangre lo burla, las nubes nos cansan.

Las voces a veces se visten de dagas,
Más no existe sol que derrumbe nuestro ritmo,
entre huracán, sequía y temblor
nuestros cabellos cantan.



Ana Basilio, 1992. Es estudiante de la carrera de Letras hispánicas en la Universidad Autónoma Metropolitana. Es coautora en las antologías “Taller de locos” (Poza Rica, 2013) y Chicos radioactivos (Honda Nómada Ediciones, 2012).  Ha escrito los libros “Alógena” (Ed. Astros, 2009) y “Manifiesto bacanal” (Ed. Circo Literario, 2012). Actualmente coordina círculos de lectura e imparte talleres de escritura creativa en su ciudad natal.







LISNEIDY GONZÁLEZ MONSIBAEZ





MI NOMBRE

De un jardín a otro,
frutos a espinas,
surcar la tierra con el cuerpo
se vuelve divertido.
Adán suda,
yo lúbrico.
Goteo el jugo de la fruta,
entre dolor y gozo.

Tirados en los cardos/
me observa jadeante
y le ordeno:
— ¡Me llamarás Eva!


AUTO-DEFENSA DE EVA

¡Dios, fue él!
La serpiente en su boca
distorsionó la aparente calma de mis muslos
masturbó la fruta y me dio de comer.

Ahora soy el efecto,
la que gime y baila semidesnuda
encima del celestial tubo,
que muerde
ladra y jadea,
la que humedece
cuando la llaman perra.
La expulsada
que baja ángeles
y canoniza demonios.

¡Ahora soy la puta
que pide más!


EN EL NIDO


Creo que duermo
al costado izquierdo de la serpiente,
                                                   simulando
el dolor ciático de las vértebras
con la tranquilidad del ronquido…

EL RESULTADO


No soy la mujer que todo soporta
                           lavando tus calcetines sucios
             secando en la tendedera
     anhelos [a]trazados
asqueada de pagarte
aquella costilla
         que para nada me sirve:

Carne de tu carne + hueso de tus huesos = ¡A tu madre!



LA LENGUA


Hay un tiempo para cada cosa…
y
ahora es momento de lamer
¡Silencio!
no voy a escuchar
mentiras repetidas
importa poco si me amas
igual no te creo
¡Calla!
gasta tu saliva
en el vórtice
¡Chupa!
¡Aliméntate!
no solo de pan vive el hombre…




ADÁN,  ALGUIEN MÁS Y YO


Sirvo la mesa
masticando el sobresalto
al desnudo
saboreo tu lengua
altero el miembro y lo desvisto
temo que Adán llegue
 y nos descubra
incrusto mis senos
a la pared de tu pecho
dibujando el placer en la espalda
espero que Adán abra la puerta
 y nos observe/
separo las piernas
mides la distancia del atajo
entras al Edén sin permiso
comes la fruta
el pecado
excita
sofoca
alimenta
deseo que Adán llegue
y nos socorra
exiges mi savia
pido la tuya
gimes
te rasguño
me oprimes
y grito obscenidades
en la entrada al paraíso.

Dios permite estar allí pocos segundos/
                                                         tanta felicidad puede matarnos.

Poemas del libro inédito:  El reflejo de Eva



Lisneidy González Monsibaez (Cuba, 1988). Poeta, narradora y promotora cultural. Miembro de la Asociación Hermanos Saíz (AHS). En 2013, cursó el taller para guiones de radio y televisión impartido por el escritor Leonilo Guerra Vásquez y de Literatura Infantil, organizado por Omar Felipe Mauri. Es egresada del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, que dirige el narrador Eduardo Heras León, en 2014, año en que obtuvo el premio en el Encuentro Provincial de Talleres Literarios por su cuento: “Matemáticas”. En 2016, publicó el cuento infantil: “Mariposa del espejo”. Ha publicado en sitios digitales y revistas literarias en Cuba y en el extranjero. En el presente año ganó el premio en cuento, en el Encuentro Provincial de Talleres Literarios.

Entradas populares

Lxs más leidxs