KAREN CANO







Sally Nixon

Cabizbajos

Se sienten muy chingones por la verga,
pellejito sensibloide
que llora al excitarse,
tripita fea que nunca tiene el tamaño 
adecuado para nuestras necesidades,
intento de proyectil
que sólo dispara nimiedades.

Toda la soberbia fuerza
se deposita en 10 centímetros de piel colgando,
su orden de apropiación sobre nuestro cuerpo
se basa en un insignificante nervio humano.

Habría que ver quién se come a quién en el acto,
revindicar los roles de género,
por el bien de ustedes, hombres cabizbajos.




Cita con un escritor.

Por lo que me cuentas, la vida 
debe ser un dolor de cabeza, 
tan rodeado de gente pendeja 
que te pregunta cómo haces lo qué haces. 

Y ¿Cómo lo haces? 
Trabajando, me cuentas.
Borrándote la línea del culo, 
sentado, noche tras noche, 
escribiendo toda esa palabrería 
que transformas en literatura 
y que nadie aprecia.

Que no te importa, me cuentas 
lo de que nadie te lea, 
la otra parte la tienes bien definida 
me cuentas. 

Que casi nadie está dispuesto 
a perderse en nombre del arte, 
y que tú lo haces y mereces un premio, 
por ser obstinado y hacer lo que te gusta. 
porque nadie merece vivir 
del sudor en la frente, 
pero cada quien vive como quiere. 

Que estás en la cúspide de tu carrera 
aunque los diarios no hablen de ti 
e impartas talleres a los que nadie asiste.
Porque escribir es así 
andar por tu cuenta, solo, sin esperar nada 
¿Y qué podrías esperar? 
Tal vez contarle todo esto a ella
porque aunque no tiene tetas 
parece escucharte, 
parece apreciarte, 
parece desechable. 

Los intelectuales también saben ser imbéciles,
no importa el tamaño 
ni la fuerza 
ni el poder de recitarte algo.

Como si una quisiera esa basura en su cama,
como si tú supieras lo que una quiere, 
como si una supiera,
porque si supiera
no estaría aquí oyéndote hablar sobre tu jaqueca,
sintiendo estás ganas de golpearte en la cara.

Porque lo único que una sabe es que eres horrible, 
pero que está sola, 
y que a veces ese destino suena más entretenido que cualquier cosa.

Te cuento que al día siguiente pensarás que me habrás seducido,
pero yo solo pensaré que, 
por enésima vez, 
hubiera sido mejor recurrir a cualquier vicio 
y dormir plácidamente sola y sin dolor de piernas.





Ventosas (fragmentos)

I

Una tarde,
tus dedos sembraron
una semilla en medio de mis muslos.

Alguien te contó el secreto
que para llegarme al corazón
la vía más rápida estaba allá abajo.

Meses después
vi las hojas creciendo entre vello púbico,
le hice caso a la prudencia
y arranqué las raíces desde el fondo.

Un par de tallos muertos,
se rieron entre mis manos.

(…)

VI

¿Quieres una foto mía?
Estoy jodida bebé.

Ya apagué la luz
pero me describiré.

Tengo la lengua suelta
y hasta el vientre
porque me suicidé ayer.

Un hombre me dijo que mi cintura
era muy ancha para sus manos
y tiene razón, soy en general
muy grande para él.

En mis mejillas hay huellas
unicornios negros y apesadumbrados
cabalgaron hasta mis pechos
están pequeños
son dos uvas que sobraron
del martes de oferta.

Mi estómago es flácido
como la verga de los tipos
que me amaban, que me amaron
con los párpados cerrados
en la luz, hay un puente
en mis encías
por ahí calo el filtro
de mis pall mal.

Fumo cuando me siento triste
y cuando me duele la garganta
desearía dejar de fumar.
Otra cosa,
¡Seguro!
Tengo las nalgas planas
porque escribo mil cosas al día
y escribo mucho
sobre ti y sobre los otros
y espero mucho
a que las cosas sean distintas
cuando me levante.
¿Para qué quieres una foto mía?
Estoy jodida bebé
y sola
jodidamente sola.



Karen Cano.- Nació en Ciudad Juárez, Chihuahua el 15 de febrero de 1990. Estudió Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Chihuahua. 
Ha publicado en diferentes antologías de poesía nacionales e internacionales. Recientemente se publicó su plaquette llamada Ventosas por Editorial Despertar, en Loja, Ecuador; y su poemario Pectoral Izquierdo, por la editorial Capitulo Siete, en México, el cual fue anteriormente galardonado como el primer lugar del Premio Nacional de Poesía Joven Jorge Lara 2017.
Algunos de sus poemas están publicados en las revistas electrónicas Círculo de Poesía, Revista Golfa, Monolito, Buenos Aires Poetry, y otras. Participa también en la revista México Kafkiano y ha sido publicada en la revista Rio Grande Review editada por TheUniversity of Texas at El Paso (UTEP).  Actualmente radica en Comonfort, Guanajuato.


Colaboración: Sara Montaño Escobar



ALBEIRO VEJARANO





POESÍA NO-FLOTANTE


Tal vez, Aurora, tu cuerpo
flotante
posado contra el cristal
         abajo en el vacío, cinco pisos más abajo
temblara menos.

No lo sé

No cerramos los ojos:
tenías las manos frías antes del sudor
dejaste los tacones en el camerino
tu falda transparente vino contigo
se apretaban tus piernas y tu cintura
te deslizaste hacia mí
                   observaste mi pantalón rojo, ceñido, de fajador, de banderillero
                   clavado en tu mirada

No hablamos en metáforas
te confesé que no sabía bailar
(¿te leí un poema de Manuel Bandeira?)
fumamos un porro en una pipa que tenías de un viejo amante
se nos acabó el vino muy rápido
nos tomamos varios aguardientes llaneros:
nos reímos de tus vecinos (¿o eran los míos?)
El tiempo se reventaba contra el placard
en el techo tenías pegadas frases de poetas:

“la vida cuelga sobre el abismo”

Yo había hecho una playlist de “exquisitez”: soul, blues, bossa nova
se detuvo en un momento de la noche
no ladraban los perros, recuerdas,
-¿era el futuro, será el pasado?-


La ceguera

Pienso en la ceguera de los pintores

Les interesaba solo la luz
el cielo abierto
lejos de las galerías
y los sueños de los coleccionistas

Les asombraba la luz
Trópico, plástico, negro
Los rombos secretos de los abismos
las líneas oblicuas
los gritos
los destellos de oscuridad en los rostros de
los desconocidos

Sea este poema un autorretrato suyo
último trazo de Rembrandt y Goya:
Arabescos
Ritmo
Movimiento confuso de la mano

Distraída mirada de un peregrino
que morirá sin llegar a la Meca

Antes de la palabra
está la luz
antes las tinieblas

Antes de Dios
la ceguera


Velos

Palabra repetida que sabe descoseeee un tambó
Suenan timbres, martillos, serruchos

Clandestinos: secretos colgados de las paredes

SÍ JUNTAR unas palabras soplara poemas:
        
Hoy no sonó el despertador.

El humo de las autopistas me cegó al salir corriendo
(Anoche quemé unos Diarios)
los tejados brillaban, aruñados por musas muertas,
todo goteaba
amenazaba la herrumbre
iba de pie en el Colectivo:
muletas, máscaras, agujeros negros.

Anoche escribí sobre una mujer que volaba en un trapecio:
soñé con ella, me susurraba frases en italiano, toscana quizá,
era una esfinge bronceada por los soles explotados de Pompeya
no podía parar de escucharla, sonaban unas teclas marrones
me mordía los dedos, ella
luces apagadas, calor de claqueta, trajes de zombies
al principio bailaba en punta de ballet, clic clac
la fui tallando contra mí, abrió su vuelo
mariposa orugada de deseos flotantes...
Nadie habló de York...



Autoretrato ajeno

Una travesía por el río San Juan
una peregrinación solitaria en un desierto guajiro
una lluvia de 4 de abril nocturna
el último cigarrillo de Humphrey Bogart o de Serge Gainsbourg
una sonrisa disimulada de Jane Fonda
un abanico del anticuario Errata
un dado de Dostoievski
un ventrílocuo borracho
un cachito de aire de Jimbo
una zapatilla de Ariel Ortega
un trago de zamba servido por Eduardo Falú
un billete de 1000 pesos colombianos
una emisora de salsa en frecuencia amplificada llamada Radio K
una patilla jugosa partida por la mitad el 3 de enero
una noche en la Avenida Tucumán de Buenos Aires al 1200
una flor en la Cinemateca francesa
una esquina de la Calle 59
tres cines de la calle Champo en París
una trompeta en sourdine de Roberto Rodríguez en Soy sonero
y de vez en cuando, un poco de ajenjo...una resurrección




El soroche

Soroche: (quechua “suruchiq”) según el Inca Garcilaso de la vega, “el metal que hace deslizar la plata”.
Si sentir pudiera como un lumbalú, dejaría de transpirar las palabras perdidas, las que no riman...y quizá no escribiría. Solo escucharía las voces de los muertos: sonidos guturales, gritos blancos, vaquerías templadas, reses arrasadas, sones de barrio obrero, paseos, trovas, arrullos. La vida es la rasante búsqueda de un ritmo propio, acompasado por un coro de bacantes roto. Anti-Churchill. El punto ciego del ritmo está en las madrugadas largas en las que no se escribe, se es escrito; está en deshidratadas luces mañaneras, tildadas-de, des-tiladas-de, des-tildadas-de, con lluvia de azogue en los techos y en las cabezas; está en el sereno que se vuelve soroche, sinsonte, tarareo ululador: Ay.

A más de dos mil hielos de altura, el alma precisa un barómetro. Necesita uno medir cómo fluctúan instintos, pulsiones, dolores, humores griegos. Un barómetro sacude lo que no vemos con los ojos, pero sentimos en la piel, en la respiración agitada. Es el Soroche. Lo sufres en Bogotá como Rosa, como Páramo. Un barómetro no mide el tiempo en unidades como el reloj. Oscila entre atmósferas fluctuantes, precipitaciones irregulares, ritmos de las nubes, gotas esquivas, amargas.


COJEAR

Cojeo
bailo
cojeo/bailo
punta-del-pie
con la punta con la punta
con el peroné

Garrincha son Elsa Soarez

Dime cómo cojeas y te diré quien eres
Todos tenemos un pie más grande que el otro
el mío, el izquierdo,
1-25 centímetros de más

Cojeo
vengo
llego
a veces tarde


SOL IAMETTI









Alguien se marcha
es la que era
la que solo sabía de la huida.

la que era
dejó mantas y laureles
de consagración.

se ha cansado de triunfar
de morder el éxito
de la impermanencia.

alguien se marcha
es ella
la que era.

incineró la máscara
y abandonó la búsqueda
de mecerse 
sobre la boca del desierto.

vestiré su voz
y llevaré su sombra
el mismo labial rojo
colmará mis labios
en su ausencia.

ella se va
pero algo queda:
la antología
de lo que ha sido habitado
la anatomía
de lo que ha sido vivido.

he de resistir frente al espejo:
entrar en el desorden marginado
y aun así
elegir quedarme.


Jamás me imaginé ahí,
recostada en la desmesura.
abarcando la exploración
del sexo
del cuerpo.
Palpando la humedad de lo extremo,
la añoranza de lo que aún no terminó.
Era un día, todavía,
de palabra escrita
y palabra hablada,
de sensaciones.
El néctar negro de Vietnam,
miel de eucalipto en la leche,
las rendijas que el viento atraviesa
por debajo de los pájaros,
el tacto suave de lo orgánico
sobre paredes y puertas.

Y a la misma hora
en la que todo canta,
un acto simple de amor:
Él me besó los ojos. 



Cuando todo cae
y aflige
entonces
leer un poema de Audre Lorde
y estudiar el movimiento.

Quedar tendida en la música blanca
de la resiliencia.

Eso es lo que promete hoy:
pendular
sobre la boca de la belleza
perdurar
sobre el anhelo de una voz
que irrumpa en el castillo de la bestia
y rompa el silencio.

Todas en mí dirán:
cristales, cristales, cristales.

Cuando todo cae
y persiste
pienso:
la hiedra de la poesía
es un hecho extraordinario
de este mundo.

Escribir cuando se corta la luz,
escribir con los ojos vendados
y aun así dilucidar los estímulos lumínicos,
la voz de la luciérnaga.

Aun así rozar el agua de la memoria
y con los mismos dedos
de los que nace el placer
llenar el fondo de corales.

Tocar, oler, morder
el silencio
pero no contarlo todo.
Y con los ojos llenos de lágrimas,
con los ojos al nivel del aire susurrando,
dejar
ese aroma a herida
apenas ansioso
apagarse.

Cambiar aquella lengua letal
por la lengua del ámbar.

Cuando todo cae
y hiere:
limpiar las algas.
Pasar
mañanas merodeando la palabra,
manteniendo intacta la melodía mansa
de la nieve cuando cae.

Leer un poema
y quizás,
entonces,
fundar mi primera ciudad,
quizás
reinventar mi nombre.



Ojalá pudiera
sostener la cadencia iluminada
de la que ama con prudencia
recostarme sobre la música
del arpa y el celeste inmaculado
transitar los ángulos de la memoria
con la docilidad del ángel
moverme habilidosa, como ayer,
entre palabras claras.
espejar la calma y la concentración
de la mujer del Rijksmuseum
a la que se refiere Szymborska,
o la tranquilidad
de lo que abraza la Tierra
con su suave y violeta sinfonía.

ojalá pudiera
habitar la rectitud
flotar sobre la cara tersa del mar
navegar el agua estrellada
de la pacífica cautela.
ser menos intensa
que el filo de lo que asciende
y no necesitar la muerte
para engendrarme nueva
y encender el fuego
de la que ama
desbordando el lienzo.
pero gana la irreverencia
en este devenir,
y en la transparencia feliz
del no poder
yo danzo.



Temblor liviano
El imperio del aire
Donde todo es




Sol Iametti: Buenos Aires, 1986. A los 10 años encontró su refugio de la ciudad de la furia en la música de una máquina de escribir. Luego conectaría con la escritura de viajes en un intento de traducir la mirada poética sobre el mundo que la rodea. Desde entonces se ha alejado y ha vuelto a la poesía como quien vuelve a los brazos del amante: buscando calor.
Blog: www.todasmispalabras.com
Instagram: @todasmispalabras



Colaboración: Sara Montaño Escobar 

MIGUEL YURIVILCA



CABALGO UN TAXI EN LIMA

Cabalgo un taxi en Lima
acepto su luz como la única verdad de mi alma
hago míos sus cerros pelados que gimen como senos
si su polvo descendiera al suelo yo moriría
me doy cuenta de que sus fachadas han sido manchadas
hace millones de años
me doy cuenta de una ciudad apolillada
y de su tibio corazón de madera
me amurallo
Lima me trata difícil, no tengo barrio
Yo vine a pensar en el amor.
Temo que mi vida palpite eternamente
entre buses y polillas
creo que puedo morir en cualquier momento
¿En qué lugar se secará mi sangre?
¿Dejarán a mamá limpiar ese lugar
día tras día
hasta que sus uñas se quiebren
y no obstante sus uñas heridas
con la carne y con el llanto seguir limpiando todavía
y aún más fuerte?
No quiero pensar eso
Yo vine a pensar en el amor.
Pero mi amor está lejos de la sal de Lima
mi padre trabajó desde las dos de la mañana, ahora duerme
Lima está muerta en los diarios
los buses están repletos de agonía
los trabajos carcomen las orillas de las almas de las personas
y de sus zapatos
y de sus ansias
Casi no se ve la noche
mi hambre es diferente aquí, quiero volver.
Yo sólo vine a pensar en el amor.
Para K., lejano ahora, triste ahora, pero amado desde un barrio escondido en San Martín de Porres.


HA LLEGADO ESTRELLA, EL CABALLO DE MAMÁ
Y HA TRAÍDO A MI ABUELO
Y SE HAN ABRAZADO

Anita se levanta a diario en silencio para comprar el pan
que comerán sus hijos que irán al colegio o a la universidad
Ha soñado con su padre toda la noche
y se dice a sí misma: He soñado a papá,
este día será bueno
Ha recorrido los cuartos, los laberintos de su memoria, la cocina
sin despertar a nadie
y ha cantado una canción para sí misma
y en silencio:
Cuando tú estabas conmigo
Cuando tu vida era nuestra
el cielo era un mar
y el sol era un pez
y habían botes también
Quisiera vivir en los días de mi niñez


MIEDO DE ODIAR

He despertado después de un siglo
en una cama que no conoce mi sueño
y he caminado hacia mi casa
y he sido tan malo
guardo un odio irresistible hacia los pobres
envidio la vergüenza del vagabundo
de siempre tener tiempo
este día salió de mí
dejándome una herida en la boca
mis dientes en cenizas
y mi saliva ardiendo
No merezco un lugar donde ponerme
pero me place el sólo hecho de sentarme a la mesa
a envejecer
Sólo el saberme sentado a la mesa
calma mi deseo de morir
y me gusta
porque no hago nada
no tengo un objetivo
comer, beber agua, escribir. Nada.
Solo yo y mi mesa
el orden de los objetos sobre ella me causa una gran ternura
los quiero mucho en su quieta compañía
la luz que fluye y disminuye durante horas
tiene el calor de otros días
Yo podría pasar mis días aquí
sin ser descubierto
oculto del mundo
sepultado para siempre bajo el silencio de las cosas
y nunca tener miedo
Yo podría morir aquí
y mi sangre fluiría entre los platos sucios
bajo la sal y el azúcar
sin agotarse nunca
y quedaría grabada
como el retrato de un río
sobre mi mesa
que tiembla
y que soporta mi odio



LA ÉPOCA EN QUE VEMOS CAER UN ÁRBOL

A la poesía de L. de B. de G. de J. de S. de J. de D. de J. de S. de A.
y a los bares
y a las noches.
Retrocede el sol
la noche cae como cae mi esperanza
las sombras han sitiado la ciudad
no hay amigos ni parientes cerca
conservamos nuestro amor en una jarra
de vino tibio
y nuestra felicidad
La poesía no estaba en los poetas
ni en los poemas
ni en los recitales
Cuando pienso en aquello
pienso en toda mi memoria
en nuestra juventud plagada de desiertos
de calles de medianoches que giran ahora
en remolinos en torno a mí
nunca seremos de nuevo
y no seremos más
un árbol
un tambor
un bar
Si pienso en aquello
pienso en los pasos de baile de L.
en las lágrimas humildes de B.
y en nuestro paradigma que era básicamente
El vivir.
El amar.
El escarbar el hoyo del domingo
hasta encontrar los huesos
de nuestros amigos
y nuestros sueños
y nuestros ideales
tanto tiempo
a donde poder volver cuando se está triste solo enfermo
Donde podremos dormir hasta agotar nuestros años
y nuestros pensamientos
y nuestra rabia
y nuestro amor.


INFANCIA

Mi infancia estuvo llena de madre
tímidamente recostado en un árbol
vi el mundo crecer con la influencia de los astros
cuerpos sembrados se transformaban en pasto firme
que vuela
me vi a mí mismo en el nuevo mundo
soñé los rostros de mis amigos
y no pude reconocerlos.
Ayayay!
Admiré el sonido de la lluvia sobre la calamina
destruyendo el propio sonido de la lluvia
añoré el sonido de la lluvia sobre el lomo de Rocky.
repartí su sonido a mis hermanos.
Saqué dos árboles desde la raíz
fabriqué el trono de madre frente a la bicharra
bebimos de las luces reflejadas en el agua
guardamos las gallinas y los nombres
el mundo vivió un día en este mundo
y luego todo se cubrió de sombras
que parecían perpetuas.


REINTERPRETACIÓN

Debo rehacer los círculos, todo está mal.
El odio irracional es el amor
El amor irracional es destrucción
La destrucción irracional se aproxima a la maldad sin tocarla
Sin embargo, es necesaria
No debería ser tan difícil de comprender, mi madre es un pozo en donde caigo y tengo frío, veo la luz como un agujero, como un túnel, amo a mi madre tanto como la caída, siempre quiero llegar y empaparme hasta los huesos, nadar un rato en sus aguas mansas y profundas, dormir bajo el agua hasta que mis cabellos se vuelvan azules, amar un poco su comprensión y su estado líquido de amor. 
Y luego salir, ser rescatado, salir del agujero, 
Y escapar por uno o dos meses
Creeré entonces en las tormentas
En los temblores
Mi miedo será real cuando llueva
Y el agua del pozo simplemente crezca y se aproxime al cielo
Y mamá muera
Y no habrá pozo en el cual sentir frío
Y mis cabellos volverán a sentir el calor del sol 
Y mis huesos volverán a su estado natural
De eterna desesperación.



LAS LLUVIAS RECORREN TREMENDAS DISTANCIAS

El amanecer trae sus desastres
La luz congela la mirada y tiñe de azul
Los rincones más oscuros
El amanecer entra en mi taza de café
Y la casa se derrumba
El amanecer enfría mi amor
Mi jardín es una rosa muerta
El cielo siendo ferozmente apedreado.
El amanecer enfría el amor
Las casas me aplastan
Caen sobre mí como migajas de pan
La soledad tañe una vieja campana
Y la memoria se aleja cabalgando:
Entonces tu amor me mantenía encerrado en una cripta
Yo podía vivir únicamente de la compasión de las personas
Sin enterarme nunca si era de noche o de día
El sueño era una tormenta que envolvía
Nuestras manos en el aire
Nos ataba las muñecas tan fuerte
Que se hacían invisibles
Y miles de trenes se estrellaron en nuestras rodillas
Hasta rompernos el cariño
-Espero que sepas que tu última carta
Devastó el Perú
Pulverizó edificios
Hizo polvo al polvo y a la carne
Millones de personas murieron
Millones y millones de soles se hicieron así puff
Tú también huiste
No dejaste más que la noche cayendo súbitamente sobre tu pelo
Coronando de estrellas
Tu cráneo de lobo
Tu juventud de un par de años
Tú también traicionaste al mundo.
Fin del recuerdo (Cesa de llover)
El amanecer canta y envejecemos todos
Todo está viejo y dividido
Menos el polvo, el polvo es el mismo
De hace cien años atrás
El sol descubre su cadáver sobre una piedra
Y las noticias de un crimen que ocurrió durante la noche
Ya empiezan a inundar los desayunos de odio y de terror
El amanecer nace una ciudad completamente nueva
Las pistas mojadas por la lluvia
Flores inclinadas hacia el mar
Huellas humeantes de personas desconocidas
Que caminaron la noche anterior
Solas.


INTERMITENCIA

Aquí hay algo que simula ser
algo que cruza un estallido
un resplandor sofocado por el sueño
-Te amo a veces y como resultado
te amo defectuosamente.
Mi madre no recuerda ni el espejismo de su padre
pero ella soñó con él
y aunque me duela decirlo
seguramente su inconsciente ha fundido de retazos el rostro
de orejas perdidas en el tiempo
de ojos sumidos en la duda y en el polvo
Amanece y como resultado este es otro día
¿Quién me asegura que no he muerto,
que no hemos muertos todos
en un repentino ataque nuclear?
¿Qué no hemos formado una civilización de espectros,
una polis griega y difunta
una sociedad de fantasmas trabajadores
de fantasmas presidentes
de fantasmas vagabundos?
He tenido un sueño horrible, el arte consistía en defecar el universo
¿o sobre el universo?
y todos los calendarios eran súbitamente destruidos por un trueno
o devorados por insectos
habíamos arrancado un día de nuestra experiencia
le habíamos clavado el hacha en la espalda
y habíamos seguido con nuestras vidas
le habíamos sofocado aun antes que naciera
pero amanece y es miércoles
nadie ha defecado sobre nada
nadie ha asesinado a nadie
aquí las cosas siguen igual
mi madre no recuerda ni el espejismo de su padre
pero ella soñó con él
ella le dijo: ¿A dónde has ido papá?
No sabes cuanta falta me has hecho
hasta tu cara me había olvidado, tantos años...
y yo lo vi, yo vi el abrazo y el desastre
la destrucción, el polvo y las palabras encalladas en el tórax
medio clavadas aun, medio escondidas
¿Quién me puede asegurar que no he muerto,
que no hemos muerto todos
en un repentino ataque nuclear?



DE NOCHE, CUANDO LOS CABALLOS DUERMEN O HACEN GUARDIA

G. habla de un tiempo que no había llegado
o no habíamos visto
y que sólo conocimos en nuestros sueños.
B. camina mucho y hablamos telepáticamente,
y la distancia entre nosotros es un hermoso jardín
Alguien corta las alas de los pájaros y caen
en nuestro jardín.
K. y yo detenemos la rueda del tiempo
afuera aúllan los lobos.
dentro estamos a salvo de la conciencia.
Y. y yo reconstruimos nuestra casa.
J. y J. bailan.
madre y yo dormimos vigilando el sueño del otro
cada uno con un palo.
cada uno con una linterna, con los ojos bien abiertos
repasando el movimiento de las estrellas
con las manos
o hablando con fantasmas.
R., C. y yo no hablamos, pero nos presentimos.
de noche las manadas duermen
alguien vigila la noche
y el sueño de sus compañeros.
Y llegan los lobos
y nos encuentran desnudos y sin recuerdos
y nos ladran
pero la noche a crecido y el corazón de quien nos cuida
se ha iluminado y partido a los lobos.






Miguel B. Yurivilca Arhuis (Tarma, 1995). Estudiante de Ciencias de la comunicación en la UNCP. Ganador de un concurso Yachaymalka con el conjunto de poemas: Relación Sexual. No ha publicado nada aún. Acompañador de amigos, escuchador y bailador de Erasure en Las Grietas.





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