DYLAN THOMAS

ACASO PORQUE EL AVE DEL PLACER SILBE
¿Acaso porque el ave del placer silbe luego de las púas candentes en los ojos,
será más dulce el canto del caballo ciego?
Se refugian a tiempo el pájaro y la bestia
para sufrir la cena y los cuchillos de una emoción cualquiera.
En la nieve olfateada y vertida sobre la punta de la lengua del año
que remienda la saliva como burbujas con quebrados cuartos,
un hombre enamorado, solitario, junto a los tendones de sus ojos, dos fuegos,
acampado en el chaparrón color droga del alimento y de los nervios
saborea el lengüetazo de los años
a través de un débil bosque de cabello
en un viento que desplumaba gansos,
y nunca, cuando las lenguas salvajes quiebran sus tumbas
se vuelve a contemplar la agitada raíz roja.
Porque allí hay una historia fuera de la ciudad maldita,
la esposa helada cuyos jugos erraban como un mar estático
esculpido en secreto.
Herido por la calle veloz y ardiente
¿no debo acaso detener mi gira por quedarme mirando un año viejo
tropezando y quemándome en el fango de torres y galerías
como un ajado retrato de muchacho?
Yo atavié a la persona de sal y al lugar condenado
con carne de una fábula;
si los muertos sucumben, sus estómagos tumban
a un hombre vertical en las antípodas
como el mar con cimientos de espuma y pecho de roca;
sobre la mesa del pasado yo repito esta gracia presente.

CUANDO MIS CINCO SENTIDOS CAMPESINOS VEAN
Cuando mis cinco sentidos campesinos vean,
se olvidarán los dedos de sus pulgares verdes
y sabrán de qué modo el amor es raspado en la escarcha
y transido de invierno,
a través del zodíaco a puñados, la cáscara de las estrellas nuevas
y el ojo vegetal del semilunio,
las orejas murmurantes mirarán el amor expulsado a redobles
bajando por la valva y la brisa hacia una playa discordante,
y ligada a las sílabas, la lengua del lince llorará
pues sus fieles heridas se han remendado amargamente.
Mis narices verán arder como un arbusto su respiración.
Mi corazón único y noble tiene sus testigos
en todos los países del amor que a tientas despertarán;
y cuando el sueño ciego caiga sobre los sentidos en acecho
será sensual el corazón aunque haya cinco ojos que se quiebren.

OH HAZME UNA MÁSCARA
Oh hazme una máscara y un muro que me oculte de tus espías
de esos agudos ojos esmaltados y de las garras ostentosas
de la rebeldía y la violación en los viveros de mi rostro,
una mordaza de árbol, en silencio golpeado para cubrirme de los desnudos
                                                                                                      [enemigos
hazme una lengua de bayoneta en esta oración indefensa,
vuelve mi boca flagrante y que sea una trompeta de mentiras soplada dulcemente,
dame las facciones de un tonto moldeado en vieja armadura y roble
para escudar el cerebro brillante y confundir a los indagadores,
y un dolor viudo manchado de lágrimas caído de las pestañas
para velar la belladona y hacer que adviertan los ojos secos
que otros traicionan las quejumbrosas mentiras de sus pérdidas
con los pliegues de la boca desnuda y la risa solapada.

NUNCA DESDE ESTA IRA
Nunca desde esta ira, un anticlímax
luego que el rechazo la golpeó en el lomo
y la flor coja se arqueó como una bestia para lamer las extrañas corrientes
en una tierra atada por el hambre,
ella ha de recibir una panzada de algas
ni ha de aguantar las manos fibrosas que yo toco
a través de dos mares que agonizan.
Atrás de mi cabeza un cuadrado de cielo se desploma
en la sonrisa circular mecida desde un amante al otro
y la esfera dorada hace girar los cielos;
nunca desde esta ira
después que el rechazo la golpeó como una campana bajo el agua
su sonrisa ha de nutrir aquella boca, tras el espejo,
que arde a lo largo de mis ojos.

LA LOSA DECÍA LA FECHA DE SU MUERTE
La losa decía a fecha de su muerte.
Me detuve a la vista de sus dos apellidos.
Una virgen casada reposaba.
Se casó en este sitio invadido de lluvias
que descubrí un buen día por azar,
antes que en el regazo de mi madre oyera
o viera en la caracola del espejo
el hablar de la lluvia a través de su frío corazón
y al sol asesinado en su semblante.
No puede decir más la gruesa piedra.
Antes de que ella se tendiera en la cama de un extraño
con una mano hundida entre su pelo,
antes que una lengua lluviosa devolviera los golpes
a través de diabólicos años y muertes inocentes
hasta llegar al cuarto de algún hijo secreto,
oí decir más tarde entre los hombres
que lloró al ver desnudos
sus miembros ataviados de blanco
y contemplar sus colorados labios
ennegrecidos por los besos;
que lloró en su dolor con muecas en el rostro,
y que habló y lagrimeó
aunque sonriera su mirada.
Yo que vi en una rápida película
a esta loca heroína y a la muerte
encontrarse una vez, sobre un muro mortal
la oí hablar a través del astillado pico
del pájaro de piedra que la guarda:
"Morí antes que llegara
la hora de ir al lecho
pero rugió mi vientre mientras tanto
y sentí en la desnudez de mi caída
una cabeza roja y áspera que irrumpía llameante
y el amado diluvio de su pelo”.

VEINTICUATRO AÑOS
Veinticuatro años rememoran las lágrimas de mis ojos.
(Enterrad a los muertos para que no marchen penosamente hacia la tumba.)
En el dique de la puerta natural me acurruqué como un sastre
que cosiera la mortaja para una travesía
bajo la luz del sol devorador de carne.
Vestido para morir comencé el contoneo sensual
las venas rojas llenas de dinero,
en dirección final a la ciudad rudimentaria
avanzo mientras dure lo que existe para siempre.

A OTROS QUE A TI
Amigo, enemigo te grito.
Tú con la mala moneda en tu bolso,
tú, mi amigo, con aire triunfador
que palmeabas la mentira en mí, cuando atrevido mirabas
dentro de mi más tímido secreto,
tentado con guiñadas brevísimas del ojo
hasta que el diente dulce de mi amor mordiera en seco,
limado al fin y tambaleando succioné,
a quien ahora ruego que se detenga como un ladrón
en la memoria labrada por espejos,
con un acto sonriente sin olvido posible,
rapidez de la mano en el guante de seda
y bajo tu martillo todo mi corazón,
fuiste una vez aquella criatura tan alegre, tan franca
íntimo amigo que nada me pedía
que no creí jamás defraudar ni creer
mientras desplazabas una verdad en el aire.
que aún cuando los amé por sus defectos
tanto como por sus virtudes
mis amigos fueron enemigos con zancos
que hundían sus cabezas en una nube artera.

Traducción: Elizabeth Azcona Cranwell 


Dylan Thomas poeta, escritor de cuentos y dramaturgo británico (1914-1953)





BRANDON MORAN

Un joven viejo bebido

No tengo la edad suficiente para caerme de borracho
pero si la mayoría para comprar alcohol
conocí a un viejo rabo verde
me dijo como escribir
me enseño que debo follar
drogarme, tatuarme y fumar
leí tanta poesía de el en trusas
y cuando terminaba su estrofa
en mis manos yacía una cerveza
un puro usado y una nena desnuda
amanecía tan seguido pero el cielo seguía oscuro
el sol se iba tan de repente en un pestañeo
nada más me sostenía que la virtud
la virtud de un cuaderno viejo
lo veía tan seguido, tomábamos juntos
me seguía enseñando, sobre la fealdad, éramos feos
iba a su casa, pero siempre que lo veía
terminaba alcoholizado  
hasta que me pegaba la cruda
me levantaba con un libro de el
y me daba cuenta que ese viejo ya estaba muerto


Me tocó lidiar conmigo

Me tocó lidiar conmigo, con mi soledad
con mi cruda cada quincena
con mis exigencias y amarguras
con mi asqueroso aliento y suciedad
me tocó lidiar conmigo
sin tener sexo
sin tener un cuerpo caliente
sin tener dinero para ese whisky bueno
pidiendo cigarros prestados.
En un tiempo estuve mejor
me tocó lidiar contigo
pero ahora tú le bailas desnuda a el
lidie con tu parte de la cama fría
lidie con mis gritos y llantos
pero me tocó lidiar conmigo solo
sin perros ni gatos
sólo esta máquina y un puro usado

La mosca

Volaba por mi taza de café descafeinado
después se deslizó hasta mi caldo de pollo.
Nadaba tranquilamente aun así yo la mirara
por mi cabeza, no tenía ese reflejo común
le pegaba y salía lanzada del lado derecho
se recuperaba y seguía volando encima de mí
me comenzó a susurrar cosas tenebrosas
me dijo que había estado en excremento de caballo
en el de un judío y si fuera poco
en la boca de un político
me amenazó para dejarla tranquila
si no tocaría mis labios
y ahora mi boca sería más vulgar

Estupifrenia

Parte fundamental de mí
cuestionada y oculta entre venenos
bajo piedras de oro, bronce y plástico
entre ojos que no ven más que irrealidades
metido en un motel de 2 estrellas sin mujeres
creyéndome algún súper héroe
quitándoles la estupidez con pablaras para sus pupilas
quitándole el tiempo a un reloj sin pilas, cual me costó pocos pesos
y ustedes, ustedes me hicieron miedoso a la estupidez
porque los veo en cada bar pagando con oro 
                                                                                                      
Libélula
Evolucione a la especie de la resaca
culminando montañas de porquería y mierda
manifestando el glorioso fumo del tabaco
haciendo cenizas el hígado y mí aliento
tras una maquina inservible que proyecta letras
escondido de la sociedad y de mi cuerpo gordo
de las flacas piernas y abdomen saboreado de chicos ricos
yo en una carcancha y ellos en autos del año, “sin licencia”
yo con una uña enterrada y ellos con “pedicura”

No tan distintos

Ver como el gato llora
lloro con el gato
como su dignidad en forma de croqueta
el come esperanzas comiendo mi 
carne
veo soledad durmiendo en su cama de periódico
el ve sueños y compañía durmiendo en mi colchón
pero el sigue llorando
pero ahora estoy feliz

¿Quieres mi sangre en una copa?

Una buena comida clásica
huevos, frijoles y pan tostado
una servilleta bien doblada
unos cubiertos de plata brillosos 
una navaja para abrirme alguna vena
y con el mismo jugo servirte un buen vino tinto
sin ansias lo beberás al fondo y te golpeara
en tu llanto de niño, en la columna del mojigato
en las raíces del cuerpo fino o gente fina
con alguna purificación de la mente asqueada
sea por el sudor del obrero o se hacen los ofendidos
cual música relativa, violín o piano
todo lo contrario de una guitarra sonando a madres
ahora el vino es blanco y espeso
o ¿será su saliva? por decir tantas babosadas



Mujer en tacones cortos

Es fácil ver bailarinas en un tubo
pero es difícil ver sus vidas tras esa poca ropa
sus lágrimas o puede ser que sean felices
simultáneamente te conmueven una excitación
pero esa no es su intención, su intención es
por poco o mucho, que le des dinero
unos billetes verdes, para comer o comprar
tacones de alta postura o tacones cortos
aunque si sale una mujer de tacones cortos
los hombres la van abuchear por baja estatura
a mí me encantaría, a ellos no
por eso nunca veras tacones cortos
sólo en la calle con mujeres para enamorarte


Brandon Moran, poeta (Guadalajara Jalisco en 1997). Su carácter es peculiar, tímido y a veces solitario, bebe y fuma más que su propio padre, quizá sea por joven, como se dijo, alguien solitario quien ama el “realismo sucio”, por otros lados no obstante, invierte su tiempo en escribir poesía y relatos cortos, basándose en su entorno y teniendo experiencias, sin llegar a matar, pero si matar sus textos. No es muy fan de muchas culturas, aunque si del arte. Su cara fría y su vestimenta tan casual que pasa desapercibido. No se cree diferente, pero siempre dice que fue creado por otro dios.   




ADRIENNE RICH

CARTOGRAFÍA DEL SILENCIO.
1
Una conversación empieza
con una mentira. Y cada
interlocutor de ese supuesto lenguaje común
siente la partición del témpano, el separarse
como con impotencia, como enfrentándose
a una fuerza de la naturaleza
Un poema puede empezar
con una mentira. Y romperse.
Una conversación tiene otras leyes
se recarga con su propia
falsa energía, no se puede romper.
Se infiltra en nuestra sangre. Se repite.
Talla con su estilete sin retorno
la soledad que niega.

2
La emisora de música clásica
suena en el departamento hora tras hora
levantar, levantar
y levantar el teléfono de nuevo
Las sílabas que pronuncian
una y otra vez el viejo guión
La soledad del mentiroso
que vive en la red formal de la mentira
girando el dial para ahogar el terror
debajo de la palabra no dicha.

3
La tecnología del silencio
los rituales, la etiqueta
la confusión de los términos
silencio y no ausencia
de palabras o música o hasta
sonidos en bruto
El silencio puede ser un plan
ejecutado con rigor
Entre los poetas míos… Adrienne Rich
la copia heliográfica de una vida
Es una presencia
tiene una historia y una forma
No lo confundas
con cualquier clase de ausencia

4
Qué tranquilas, qué inofensivas empiezan
a parecerme estas palabras
aunque comenzaron con pena y enojo
Puedo atravesar esta película de lo abstracto
sin lastimarme, ni a vos
acá hay dolor suficiente
¿Por eso transmite la emisora de música clásica o de jazz?
¿Para darle una razón de ser a nuestro dolor?

5
El silencio se desnuda:
En la Pasión de Juana de Dreyer
la cara de Falconetti, el pelo rapado, una gran geografía
escrutada en silencio por la cámara
Si hubiese una poesía donde esto pudiese ocurrir
no como espacio en blanco ni como palabras
ajustadas igual que una piel sobre los significados
sino como el silencio que cae al final
de una noche que dos personas pasaron
hablando hasta el amanecer.

6
El grito
de una voz ilegítima
Ha dejado de escucharse, por ende
se pregunta a sí mismo
¿Cómo es que existo?
Éste era el silencio que quería romper en vos
Tenía preguntas pero no ibas a responder
Tenía respuestas pero no podías usarlas
Esto es inútil para vos y quizás para los otros.
Entre los poetas míos… Adrienne Rich

7
Era un asunto viejo hasta para mí:
El lenguaje no lo puede todo.
Anótalo con tiza en las paredes de los mausoleos
donde yacen los poetas muertos
Si el poema pudiera transformarse
a voluntad del poeta en una cosa
Un ala de mármol al descubierto, una cabeza en alto
radiante de rocío
Si simplemente pudiera mirarte a la cara
con los ojos desnudos, sin dejarte dar vuelta
hasta que vos, y yo que deseo hacer esto,
fuéramos iluminados al fin por su mirada.

8
No. Déjame tener esta tierra,
estas nubes pálidas demorándose amargamente, estas palabras
moviéndose con precisión feroz
como los dedos de un niño ciego
o la boca del recién nacido
violenta de hambre
Nadie puede darme, hace mucho
adopté este método
Así como el grano se vuelca de la bolsa de red
o la llama de bunsen que se volvió baja y azul
Si cada tanto envidio
las anunciaciones puras a simple vista
La visio beatifica
Si cada tanto quiero volverme
como el hierofante eleusino
que sostiene una simple espiga de cereal
Para el regreso al mundo concreto e incesante
lo que sigo eligiendo, de hecho,
son estas palabras, estos susurros, conversaciones
de las que una y otra vez despunta verde y húmeda la verdad.
Fuente: Blog El Placard
Entre los poetas míos… Adrienne Rich
CONTABAS una historia sobre la guerra nuestra historia
una vieja historia y aún debe ser contada
la historia de lo nuevo que huyó de lo viejo
de cómo el gran sueño se tensó y cambió
el navío de la esperanza se estremeció sobre el pecho del témpano
los afectos secretos flaquearon y vacilaron.
Así somos derribados juntos así somos despedazados
en una temblorosa república sus labios de vidrio
partidos como si la grieta principal
no hubiera sido calculada desde el inicio en el poderoso patíbulo.

En: Oscuros campos de la República
Traduc. Jorge Yglesias
Editorial Norma Santafé de Bogotá, 1999.

Y AHORA
Y ahora mientras lees estos poemas
-tú cuyos ojos y manos amo-
-tú cuyos ojos y boca amo-
-tú cuyas palabras e ideas amo-
no creas que intentaba exponer una causa
o armar un decorado:
intenté escuchar
la voz pública de nuestra época
intenté examinar nuestro espacio público
lo mejor que pude
-intenté recordar y permanecer
fiel a los detalles, observar
con precisión cómo se movía el aire
y dónde se detenían las manecillas del reloj
y quien se ocupaba de las definiciones
y quién se alzaba al recibirlas
cuando el nombre de la compasión
fue cambiando por el de la culpa
cuando sentir con un humano extraño
fue declarado obsoleto.


(De Oscuros campos de la República, 1991,
Traducc. de Jorge Yglesias.
Editorial Norma, Santafé de Bogotá, 2000)


Adrienne Cecile Rich (1929-2012). Poeta, intelectual, crítica y activista estadounidense. Fue una de las escritoras de mayor talento de la poesía en lengua inglesa.

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