MARÍA NEGRONI


Selección de poemas
por José Antonio Íñiguez



CANCIÓN FORENSE

si se iluminan los huesos
como prueba de existencia

si el agua conmovida
o algún rugido mudo
se da de luz
                y aún se calcinaba

si al fin de tanto ayuno
y menos una estrella
             ocurre lo impensable

la tempestad que trae
al cuerpo sin confines

el íntimo naufragio
y el ningún abrigo
 


LEYES

dícese
de ciertas regiones del mundo
donde los pájaros cantan
por la noche

también yo me perdía
por la hora de saber
a ver si escuchaba
             alguna pasión blanca

infieles ciertos sueños
en otros

              no supe ser valiente

me explico mal
en cualquier caso de mi sed
saldrán volando
             tus modos de no estar

y así la noche en mí
como tristeza tan cansada

alguna vez
voy a cantar como volver
voy a estar como vos

afueramente adentro


ningún objeto para evocar


ARTE POVERA


el orfanato del mundo

ninguna chica alzada
en la mañana de sí misma

ni siquiera un compás
que hubiera podido indicar
el mío punto oscuro

alma querida
la esquiva más de besos
que me quisieran bailación

no puedo recordar lo que sabía
no sé la mínima pregunta

no encuentro en el dibujo
la flor que me sea



PROSA DESNUDA

antes nunca hubo
o fue imposible aún

ninguna inspiración
que hiciera piedra del instante
ni siquiera un interior
de un exterior

una y otra vez
no supe algo de poco

no di la pertinente
información
              -anoche tomé pastillas
                nadie lavó los platos-

en tal condición precaria
la luna me ve girar

soy yo la que funda un cielo
de fase en fase


POÉTICA

empieza como espiral de nada

con esa precisión

y luego avanza a ciegas

es decir retrocede

a cierto cielo

aún desconocido

y en ese movimiento

nunca lo que es
aparece

ni siquiera

lo que no es

pero algo se va

sin hacer ruido

y vuelve a empezar

por otro lado

a esto se le llama

desaparecer en lo real


EDUCACIÓN SENTIMENTAL

cuando pierdo la cabeza
con tanta esplendidez
como posible

y al borde de tu cuerpo
un lúcido arrebato
                por algo que muy nunca

o tal vez
fue la estación sensible
o un carrousel de lunas
preparando
vaya a saber qué duelos

y yo no quiero que me vaya
yo coso el hambre con la ausencia
el fuego

               a la ceniza

yo avanzo en el libro
que no escribo




HAIKU

¿qué pensás del atardecer?

a lo mejor mañana alcanzaremos el sol
en el jardín de lo indeleble

no es fácil saber morir
de flores inesperadas





María Negroni, escritora argentina (1951)


Imágenes de Joan Miró




VÍCTOR SIMEÓN

*
aun se afirme en extraño constitutivo
aun aluda lo que no se sabe
aun cancelando la nominación
de una indeterminada textualidad
no hay tema sino obsesiva reformulación
de la negación sin objeto ni sentido
no hay literatura sino interrogación arrojada
al vaciamiento de todo gesto
en el mismo acto de retiro de cualquier referencia

 *
No se puede nombrar
la carencia, sino apenas designarla.
Es decir, añorar un sentido,
destruir ese sentido.

Porque toda designación
es expresión de la necesidad
de ser, no lo que falta,
sino la misma falta.

La necesidad de asirse
en el rechazo mismo
de lo que falta.

Toda designación es huella
de lo negado, gesto impotente
de la cosa o idea
olvidada en la intimidad
de lo irrevelado.

Pero, lo que designa
en verdad alude a la significación
de lo que falta, aunque
es la misma falta el sentido
último de la insignificación.

La carencia
no se puede nombrar.

 *
Es reflejo detenido
en su pliegue originario,
-hacia atrás
de sí mismo, más allá
de sí mismo-,
en su doble infinito.

Es excavación
de la orfandad, y a la vez
relieve de lo no escrito.

Como añoranza de un término
o de un conjuro, a partir
del cual, y hacia el cual
someter la imposibilidad
a la posibilidad
de lo ficticio. 

 *
                                        … aquello que me desposee
                                         arrojándome de mi poder de comenzar
                                         e incluso de terminar.
                                                                                         Blanchot

ese perseguir la fuga
o celebrar
lo efímero
en la inmovilidad
fragmentada
del dolor

ese apegarse a la pérdida
en la alteridad
en el devenir despojo
o reliquia
fundada
en la contemplación
del propio
desamparo

esa corporización
de la ausencia
a la vez que
mutilación
en la no-
representación

esa dispersión sígnica
más allá
del mismo
desplazamiento
más allá
de cualquier
deseo de trascendencia
o de muerte

esa frustración
desesperada  
de no poder
poseer
la misma
desposeción

este fetiche maldito
de lo que
no tiene nombre
o ha dejado
de tenerlo
antes de ser


 *
esa demanda que fracasa
ese fracaso
que demanda
y por ende no deja
de repetirse
en su imposibilidad

esa repetición que es pérdida
y toda pérdida
que es repetición
de la misma pérdida
en otra pérdida
en otra
repetición

tal el estadio del fragmento
tal la circunvalación
oscura del lenguaje
su ilusión
de goce
o de muerte

*
Entregarse a la atracción
y al rechazo,
al placer y al dolor,
en un mismo
gesto del fracaso.

Rodearse de la propia retirada,
y, a la vez, apelar
a la expresión de lo infinito
en lo finito inacabado,
al objeto del corte
en lo sublime
de la falta.

Hacia el encuentro
de lo incomprendido
y lo inaprehendido;
en la representación
de aquello-más-allá
o reborde
de esto
irrepresentado.


Víctor Semión nació en 1980. Es autor de los siguientes libros de poesía, que mantiene aún inéditos: La orfandad del canto (2008), El deseo de la oscuridad (2009), Signo del signo (2009), Canto imposible (2010), El verbo y la nada (2011), Conjuros de la carencia (2011), La poesía y el fracaso (2012), La rosa impura (2013), La ausencia original (2014), Irrelaciones (2014). Ha publicado y colaborado en varias revistas literarias. Actualmente es coordinador del taller de poesía Intertextos. 

Colaboración: Noelia Palma

TOMAS TRANSTRÖMER

BAJO PRESIÓN
El estrépito de los motores del cielo azul es ensordecedor.
Vivimos estremecidos en este lugar de trabajo
donde las profundidades del océano de pronto pueden aparecer—
conchas y teléfonos zumbando.
No se puede admirar la belleza más que al sesgo, de prisa.
El grano denso en el campo, multitud de colores en un arroyo amarillo.
Las inquietas sombras en mi cabeza se arrojan ahí.
Quieren meterse en el grano y transformarse en oro.
Llega la oscuridad. A medianoche me voy a la cama.
El barco más pequeño sale del barco más grande
Estás solo en el agua.
El casco oscuro de la sociedad se desplaza cada vez más lejos.

Versión: Francisco Serrano

VISIÓN DE LA MEMORIA
Una mañana de junio, demasiado temprano
para despertar, pero tarde para volver a dormirse.

Tengo que salir al verdor que está lleno
de recuerdos, y ellos me siguen con la mirada.

No se ven, se funden totalmente
con el fondo, camaleones perfectos.

Estoy a un paso de oírlos respirar
pero el canto del pájaro ensordece. 
Versión de Roberto Mascaró


NUEVE HAIKUS
(Nueve haikus del hospicio de jóvenes Hällby, 1959)


Se juega al fútbol;
confusión, la pelota
va sobre el muro.

*
Ruido se hace
para espantar el tiempo,
para apurarlo.

*
Vidas mal escritas:
la belleza persiste
como un tatuaje.
*
Ladrón cazado:
con los bolsillos llenos
de setas frescas.

*
Ruidos de taller,
torres de pesado andar
al bosque asombran.

*
Se abre la puerta;
en el hospicio estamos,
en nueva era.
*
La luz se enciende:
el aviador ve manchas
de luz irreal.

*
Noche: un camión
pasa, los internados
sueñan temblando.

*
Él bebe leche
y se duerme en su celda,
madre de piedra. 

TOMAS TRANSTRÖMER, poeta y traductor sueco (1931-2015)



ENTREVISTA A ELSA CROSS

ELSA CROSS: POETA DE EXPERIENCIAS ESPIRITUALES, ENTRE LA INDIA Y GRECIA

José Ríos Cortés

La poeta Elsa Cross, estuvo en Grecia -durante seis meses- realizando trabajos académicos. Hace algunos años nos concedió una entrevista de una parte de su obra y las reflexiones que le han dejado más de una veintena de libros, algunos de ellos premiados nacional e internacionalmente.


JRC- ¿Dice usted que es en el Oriente donde hubo de modo único, la posibilidad de conjuntar la mística y el erotismo sin conflictos ni rupturas?

EC- Ese comentario surgió teniendo en mente algunas de las corrientes tántricas  que existen en tradiciones hindúes y budistas

JRC- Usted hace alusión a la cita del Hevajra Tantra que Octavio Paz utilizó como epígrafe de su libro Blanco. “Por la pasión, el mundo queda atado. Por la pasión, también se libera”. ¿Qué nos puede decir?

EC- Puede relacionarse mucho con la cercanía que he tenido con el pensamiento hindú que tiende a borrar conflictos, para ver en el universo el fruto de un principio único. Esta visión es la que permite dejar a un lado dualidades maniqueas con las que a veces se vive y complican tanto la existencia, la apreciación del mundo y la relación con los demás. La cuestión es estar alineados con la visión interior que es de unidad, aun dentro de la diversidad tangible que existe en la realidad. Es como el hacerse conscientes de que el principio subyacente del todo es el mismo.

JCR- ¿Le vino a usted de adentro su interés por la espiritualidad de Oriente?

EC-Totalmente. No surgió como resultado de lecturas, sino de experiencias de meditación, que lo que me hizo ir a la India a conocer y lo que me llevó después a algunas corrientes de la filosofía hindú. Fue de adentro hacia fuera. Es un interés permanente. Para mi es un estímulo constante y aunque no sea ya tema de mis poemas está ahí como una fuerza actuante.

JCR- En el poemario Canto Malabar se dice al final del texto: “Mi ser se pierde en ti/ y en la raíz de tu nombre se libera”. ¿La mujer salva a  su amado de la muerte en ese sueño que significa una odisea?

EC- Este libro lo escribí hace muchos años, precisamente un dos de octubre, en la India, a partir de la muerte de mi maestro de meditación. Es una fecha conmemorativa para mí. Yo estaba en la India cuando ocurrió el deceso. Fue una experiencia muy poderosa como creo que lo fue para todas las personas que estábamos ahí en ese momento, porque se trataba de un ser iluminado, con un gran poder espiritual.

JCR-Ocurrió en una época en la que pasé dos años en la India y desde que llegué, cinco meses antes de su muerte, todo lo que escribía tenía que ver curiosamente con la muerte y no sabía porqué. Había escrito unos versos que quedaron finalmente en otro poema que decía “aquí vine a morir entre estos lotos”. Y lo vine a entender cuando en su funeral las personas llevaron a su sepulcro una gran cantidad de guirnaldas de lotos en flor.

EC- Realmente el tema del libro, aun con las imágenes amorosas que es una transposición, porque el fondo y el tema es la relación que hubo entre maestro y discípulo. La última vez que miré al maestro en vida, estaba sentada frente a un grupo escultórico que representaba a Savitri  y al señor de la muerte que lo representan siempre montado en un búfalo negro. Estaba ahí junto a un baniano. Entonces, la escritura del poema es la experiencia de esa muerte, que puede considerarse la fusión con el todo.

JCR- Escribe usted que una parte de la obra poética y en algunos ensayos de Octavio Paz, hay referencias directas e indirectas al tantra hindú y budista, y también al taoísmo y al zen. Menciona usted que el tantra es un  modo de ver el mundo y de vivirlo.

EC- Una vez le pregunté a Octavio Paz que en el momento que había estado en la India había hecho contacto con alguna escuela de meditación o disciplina y él me contestó: “mi única disciplina es la poesía”.

JCR- En su libro El vino de las cosas. Ditirambos persiste un paisaje interno más que externo, como una metáfora del reino imaginario en el que moran los arquetipos en forma de dioses. A Baco no lo vemos, pero lo sentimos. En ese sentido, Grecia nos brinda la oportunidad de corregir nuestras almas por medio de lugares y personas más que por el tiempo.

EC- El libro tiene un epígrafe de Tales de Mileto que dice: “Todo está lleno de dioses” y es un poco lo que el libro trata de rescatar. Esa posibilidad de ver los divino en las cosas o de las cosas como divinas, sagradas. Cambia mucho esa perspectiva y es la que tenían las sociedades primitivas, de ver la naturaleza, sobre todo como algo sagrado y de pedir permiso y perdón a un árbol o a una flor antes de cortarlos. Es decir, que había una conciencia ecológica que derivaba de esa visión de la naturaleza como algo sagrado, porque no se puede profanar. Es sentirse integrado al mundo natural, ser parte de él, tomar lo que necesito, no explotarlo ni destruirlo.

JCR- Me parece que en su libro El vino de las cosas. Ditirambos usted encontró una buena razón para que Baco fuese el guía de su escritura de retorno a la imaginación de Grecia, James Hillman en un libro dedicado al dios Pan,  califica a Baco como desafortunado en amores.

EC- La idea junguiana de los arquetipos es muy pertinente. Si existían los dioses por fuera, quién sabe, pero responden a energías internas, a sensibilidades, a modos de percepción, de relacionarlos y querer las cosas.

JCR- Existe un pasaje en uno de los diálogos más bellos de Platón que es el Fedro que habla que las almas de los hombres: antes de nacer iban cada una en el cortejo  de un dios al cual pertenecían. Entonces al nacer aquí en la tierra, esa alma tenía la intención o el deseo inconsciente de acercar su vida a los atributos de aquel dios al cual seguía.

EC- Es una idea interesante, porque es una caracterología de estos arquetipos junguianos ya desde entonces. Estos dioses son formas de nuestras propias potencialidades internas, pero teniéndolos fuera es más fácil  relacionarse con eso  que está dentro, cuando lo ve uno materializado en una figura con determinados atributos.






JOSÉ AGUSTÍN SOLÓRZANO


FRAGMENTO DE “MONOMANÍA DEL AUTÓMATA” 

                                                                                                                  
Selección y nota
por José Antonio Íñiguez




Conocí la obra de José Agustín Solórzano hace aproximadamente cinco años, con el poemario Versos, moscas y poetas, y con algunos textos que publicaba frecuentemente en su blog (http://joseagustinsolorzano.blogspot.mx/). Desde entonces, sus poemas presumían una desfachatez admirable y brutal para enfrentar el acto poético.

Hace apenas unas semanas, cayó en mis manos Monomanía del autómata (FETA, 2014) y, con una tremenda curiosidad, leí aquello para reencontrar después a ese mismo poeta despreocupado, que continúa afirmando, con el verso, que el mundo que observa todos los días es también interior.  

Este fragmento, estoy seguro, ejemplifica perfectamente lo que el poeta -tan inofensivo en el tedio cotidiano- puede lograr si hurga en los pliegues del mundo. Hay que leer estos poemas, entonces,  para recobrar nuestra sensación de vida, o bien, para modelar lo que creemos que observamos. 

ADENTRO:

la sangre hierve al tiempo que el agua de la cafetera
            el reloj digital del microondas responde a mi resaca:
            son las 00:00              parpadea: tiene sueño todavía
            nadie quiere morirse
                                         un domingo
            nadie tiene ganas de vivir

            la libertad me da comezón en la espalda y enlosdeabajo
            mosquea la casa                          abre grietas en el techo
            la libertad podría ser esa gotera que me recuerda a tus ojos
           
            abrir de par en par tus pezones me ocasiona una tristeza
            apenas un poco más alegre que abrir las ventanas

AFUERA:
           
el tiempo juega a corretear los automóviles
            detiene autobuses en cada esquina y luego:
            “no gracias, me equivoqué de ruta”
           
            podría verlo menear la cola
            babear alegre las banquetas
            lamerse el culo con alegría canina
           
            pero quedé con B para comer un helado
            un helado de esos que no me gustan
            y que a ella le parecen sinónimo de todo lo horriblemente bueno
           
            habla de la felicidad con la intensidad con la que yo
            me hundo un par de caguamas en el pecho
            piensa en la libertad con más deseo
            del que yo pienso en sus ojos esparcidos sobre mi rostro
           
            puedo estar orgulloso de jamás haber fingido un orgasmo
            soy libre de venirme sobre cualquier rincón del universo
            no creo en eso que llaman infinito
            ni en nada que no toquen mis manos
            quién chingados va a venir a comprobarme
            que existe algo inacabable
            pálido  brillante   lleno de noséquécuerposcelestes

            tengo mi cuerpo atado a mi cuerpo
            nada celestial      nada innombrable
           
            y hoy domingo:
                        soy libre para no ir por ese helado
                        para ponerme un grillete en el cuello
                        y quedarme taciturno haciéndole muecas a un televisor apagado

ADENTRO: 
           
mis tripas son las cadenas
            que me amarran a la banal costumbre de comer y descomer
            cómo se puede ser libre teniendo vísceras enroscadas
            siendo un obrero a tiempo completo
            de la fábrica de poemas y de mierda que es el cuerpo
            bombeando con un traje anaranjado y un casquito de bombero
            todo el día la sangre que hierve cuando me emputo o caliento

            mejor sí voy por el helado            quién sabe
            tal vez entre lamida y lamida se nos antoje
            calentar la lengua de uno con la del otro      

            creo que deberíamos compartir más cosas
            eso que llamas libertad por ejemplo
            quién quiere la libertad para él solo
            a mí  ya ves
            nada más me ha servido para entristecerme
            para encerrarme a ver la pornografía
            que siempre acaba ensuciándome la sala
            la cama          o el piso                mi panza
       
            ¿es eso la libertad, B,
un montón de manchas en la casa?
           
            compartida la vida es mejor
            ¿no has visto el comercial?
           
            aunque a saber
            uno cree necesitar de otro
            de un perro   un oso de felpa
                un perfil en Facebook 
            un auto   un pene másomenosgrande
            una novia       una noviacaliente
            una noviacalientequesepacocinar
           
            pero a saber
            yo hoy quisiera un par de mezcales
            una palabra que no viviera en ningún verso
            un poema menos pendejo que éste

AFUERA:     
           
más allá de lo que entra o sale
            a la hora del remordimiento
            o a la algarábica hora en la que empieza la quermés
            de mi cuerpo tambaleante
           
            me detengo en una orilla de mi nombre
            y dudo en masticar la palabra que más cercana tenga
            a la boca las cosas le pueden entrar a veces
            con más facilidad de la que crece un pájaro en el cielo

            caer
            en una boca rodeada de jitanjáforas hambrientas
            sonsonete de silencio mi tartamuda ceremonia
            de preparar la cama donde dormirán mis tres tristes muertes trigaleras

ADENTRO:
           
            a la intemperie de mí y mis otros
            encallará en mi costa
            beberá la muerte muerte de mi mar muerto
           
            y ¡salud!
           
            que nadie detenga el tropel de fantasmas que picotean mis ojos
            el cardumen de pétalos que libera mi sangre
            la manada de alas que pasta en mi cuello
            la parvada de semen que se estanca en lamujerquenoestá

AFUERA:
           
            donde el universo lame las heridas de la noche
            me entretengo tentando las paredes mordidas
            las rodillas raspadas de los edificios
           
            juego a la rayuela con Cortázar
            reto a las vencidas a Cervantes
            incendio la cabeza de Nogueras
            hago un Kame hame ha con  los haikús de Tablada
            la desnudez de las flores tiene otro nombre
           
            declaro:
                        la desnudez de las flores es púdica y perversa

            pero quién quiere ser Cortázar
            o Cervantes
            Nogueras o Tablada
           
            cuando puede ser Woody Allen tocando el clarinete
            quién no quiere ser Woody Allen
            tocando las tetas de su hija
            y el clarinete
           
            aunque tiemble en los aeropuertos
            y su canto no sea como el de la desnudez de las flores
            púdico y perverso
            sólo el verso que no intenta toquetear a nadie
            sino ser él mismo intacto y autocomplaciente
           
            masturbarse como Woody Allen toca el clarinete
            y no como Cortázar jugando al avioncito en la calledealgúnlugarfrancés
            y no como la imaginaria y puñetera mano de Cervantes cercenada en Lepanto
           
            Tablada prepara una Genkidama con sus versos
            Nogueras sigue sin recordar el poema de amor llamado niebla
           
            y no hay nadie tocando a mi puerta
            eso         quizá
            eso es lo más importante


JOSÉ AGUSTÍN SOLÓRZANO (Valle de Santiago, Gto., 1987) es miembro de la Sociedad de Escritores Michoacanos. Autor de los libros de poesía Ni las flores del mal ni las flores del bien (Premio Estatal de Poesía Carlos Eduardo Turón; Secum, 2015), Monomanía del autómata (FETA, 2014),  Alguien ha salido a buscarme (Diablura, 2012) y Versos, moscas y poetas (Premio Michoacán Ópera Prima; Secum, 2009). También es autor de la novela Rompecabezas (IMC, 2014). Ha publicado narrativa, ensayo y poesía en diversas revistas y suplementos culturales del país, y en antologías como Beber sueños en un cráneo de palabras (UMSNH, 2013) y Turbulencia dosmilonce. Narrativa michoacana actual (Ficticia 2011), entre otras. En 2012 fue becario del Programa de Estímulos a la Creación y al Desarrollo Artístico de Michoacán (PECDAM).
  

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